Una metáfora de alto calibre expresivo usó la secretaria general de Alianza País, Gabriela Rivadeneira, para referirse al flamante director de El Telégrafo, Fernando Larenas: Es como poner al zorro a cuidar al gallinero. La vieja fabula del zorro que se come a las gallinas hace pensar en los personajes. Sabemos quién es el zorro, pero ¿quiénes son las gallinas que están en peligro de ser devoradas?
El zorro viene de “un entramado comunicacional hegemónico”, según Rivadeneira, de “una matriz brutalmente antidemocrática contra la que hemos batallado todos estos años en pos de una comunicación más democrática, es como poner al zorro a cuidar el gallinero”
La dirigente del movimiento oficialista manifestó que los últimos acercamientos del Gobierno de Lenín Moreno con personajes, según dijo, “son contrarios al proyecto político”. El mencionado diálogo presidencial debe ser eso: diálogo con sectores de oposición. No para que dejen de serlo, no para que su agenda se convierta en la nuestra. No para que se consagren victoriosos los intereses que la Revolución Ciudadana y el pueblo ecuatoriano lograron derrotar el 2 de abril”, señaló Rivadeneira.
La dirigente política reclamó que el diálogo se “debe hacerlo con claridad de objetivos políticos, para alcanzar de mejor manera sus objetivos estratégicos”, frente a los antagonistas de un proyecto político “popular y progresista victorioso” como es el de Alianza País. Se dialoga para alcanzar de mejor manera sus objetivos estratégicos. No para diluir sus contornos, no para renunciar a su razón de ser.
Rivadeneira manifestó su sorpresa ver cómo, con qué soberbia, desconociendo la voluntad popular y aprovechando la plataforma del “diálogo nacional”, esos sectores comienzan a expresarse casi como si fuesen a cogobernar. El diálogo debe ser, ante todo, una herramienta para fortalecer el proyecto político -señala Rivadeneira- y debe tener como base, principalmente, un profundo diálogo interno y con nuestros aliados y potenciales aliados. Debe hacer foco en la ciudadanía, mas no en los poderes fácticos y corporativos.
No se entiende cuando un proyecto político es convalidado en las urnas, – dice Rivadeneira-cuando obtiene un nuevo triunfo al cabo de 10 años de transformaciones profundas y luego de superar dificultades importantes. ¡No se entiende!
Asistimos atónitos a un nombramiento que hiere en lo profundo una lucha emblemática de nuestro proyecto político. Quieren también “derogar” la Ley de Comunicación. ¿Qué más quieren derogar? ¿Cuántas cosas más que no lograron en las urnas se quieren bajar los derrotados del 2 de abril? Se pregunta la secretaria de Alianza País.
La dirigente recordó que “no entré a la política para caerle bien a todo el mundo. Creo que nadie que haya abrazado la causa de la izquierda, nadie que se haya sentido honestamente conmovido y convocado por la Revolución Ciudadana pensó jamás que sería aplaudido a diestra y siniestra».
La exhortación final vino en tono dramático: No será en nuestro nombre, no será en nombre de la Revolución Ciudadana que las agendas, los intereses, las visiones y hasta los nombres mismos de la vieja y caduca partidocracia neoliberal regresen, contra la voluntad popular, a dictar el rumbo de la política ecuatoriana, concluyó Rivadeneira.