Ricardo Patiño, economista, hombre duro del régimen de la Revolución Ciudadana, ocupó puestos claves en el anterior gobierno de Rafael Correa; entre otros, fue titular de la Cancillería, Ministro de Defensa y en los últimos tiempos ha sido responsable de movilizar a la militancia a las manifestaciones masivas de Alianza País. Hoy forma parte del buró dirigente, como primer vicepresidente en la cúpula del movimiento verde, junto a Lenin Moreno, presidente, Rafael Correa presidente vitalicio, Jorge Glas, primer vicepresidente y Gabriela Rivadeneira, secretaria general.
En la sobremesa del almuerzo sostenido en Cascales, provincia de Sucumbíos, a donde acudió al acto de posesión del cargo de la gobernadora Jessenia Rojas, concede esta entrevista exclusiva para LAPALABRABIERTA, en un entorno selvático y petrolero, dos símbolos del Ecuador del gobierno de Rafael Correa que pasó a la historia y heredó al actual gobierno de Lenin Moreno un importante cuadro político.
¿Qué siente, Ricardo, ser la herencia de Rafael Correa en el gobierno de Lenin Moreno?
Bueno, realmente, el proyecto continúa eso es importante decirlo, lo ha dicho Lenin, lo ha repetido mucho: la revolución continua. Hay renovación y es importante que haya renovación, en buena hora. Ya no soy ministro, porque hay un tiempo en el que necesitas descansar, hemos tenido doce años de trabajo intenso que nos obliga a tomar un descanso. En función de consejero el trabajo es un poco más aliviado, pero nos permite continuar; como tú dices, es la herencia en la que todos contribuimos a mantener el proyecto de la Revolución Ciudadana, mantener los principios, los valores fundamentales que este proyecto tiene. La responsabilidad es muy variada, porque el presidente no me ha nombrado consejero para algo en particular, sino consejero del gobierno en general, que me permitiría atender cualquier requerimiento que él tenga en temas como economía, política, lo que considere importante. Me ha pedido que le apoye en esta programación que tiene para regularizar a los trabajadores del sector público sobre lo que hay un poco de retraso.
¿Los consejos de Ricardo Patiño son vinculantes para el presidente Moreno?
De ninguna manera, solamente son insinuaciones que yo le puedo hacer y, realmente de lo que él me pida, quiero que me acompañes en esta reunión o ayúdame a coordinar tal tema, lo que él me diga yo lo hago.
¿Se deja asesorar Lenin, deja que sus consejeros influyan en él, o da la primera y última palabra?
Yo, realmente, recién estoy comenzando el trabajo esta semana, pero estoy seguro de que sí, porque es un hombre de diálogo, un hombre que escucha y las decisiones las tomará en tal sentido.
Usted juega un rol de puente, de intermediario, entre lo que fue el correísmo y lo que sería el nuevo estilo de Lenin; hay un buen enlace rescatando las políticas de la Revolución Ciudadana y promoviendo las políticas del actual presidente…
Bueno, Lenin fue vicepresidente seis años, como tal conoce perfectamente el proyecto de la Revolución Ciudadana, pero como hay muchos ministros nuevos, él nos ha pedido que tengamos esa relación con los ministros para que en un buró que convoque podamos también tratar los temas de la globalidad del proceso, de tal manera que se siga manteniendo y sosteniendo.
Dándoles la línea estratégica…
Claro, conversar sobre la línea estratégica y en algunos casos cambiar la forma, incluso, de plantearlo. Nosotros hemos tenido una política pública de salud, educativa, etc. de inclusión. A Lenin se le ocurrió hacer un plan Toda una vida, -es lo que ha estado haciendo el gobierno de Correa, atender a la gente todo el tiempo-, pero ponerlo en una sola palabra, en una letra de canción, creo que lo empaqueta, como dicen ustedes los periodistas, lo empaqueta muy bien, es más fácil ver la vida de un ser humano desde niño hasta la vejez.
Se sabe que usted es miembro del buró de Alianza País, y dado los enfrentamientos verbales entre Correa y Lenin, ¿se negoció algo ahí, o se trata de una reconciliación real de Alianza País?
Bueno esto se decidió el primero de mayo, mucho antes de la toma de posesión de Lenin y fue, realmente, un consenso al que se llegó, porque había algunas figuras del partido que se consideraba que podían conducir adecuadamente la Secretaría General, entre ellos se mencionaba mi nombre, se mencionaba a Gabriela Rivadeneira y el de otras personas. En las conversaciones que tuvimos en muchas provincias se consideró que podía ser el nombre de Gabriela. Yo dije, me encanta, porque es también renovación y es bueno que también sigamos estando quienes hemos trabajado en el proyecto político, pero es bueno que las figuras que vayan asumiendo la responsabilidad principal sean otras, que tienen 30 o 40 años, y lo pueden hacer muy bien. Yo, con mucho gusto de no estar en primera fila, no es ese el objetivo. Lo que sí tengo intención, es de apoyar al que el proyecto continúe y si lo logro hacer en el gobierno como consejero y en el movimiento como segundo vicepresidente está bien. Finalmente quienes queremos hacer el trabajo, lo hacemos y lo hacemos bien, y eso es lo que vale.
Ricardo Patiño siempre ha sido un hombre de tramoya del poder, pero que ha influido. En esa tramoya ¿cómo explicar estos dimes y diretes entre Rafael y Lenin, es una ruptura de fondo, para dónde va todo esto?
Yo creo que en estos procesos de transición puede haber algunos desencuentros, y es lo que estamos viendo. Creo que habrá un momento en que eso se supere, espero que si, a veces también las figuras principales tienen una definición muy clara, contundente, de las cosas que han impulsado, defendido y liderado y reaccionan rápidamente ante cuestionamientos que puedan aparecer, entonces que eso es parte de la personalidad. Conocemos a Rafael Correa como un hombre de respuestas rápidas y también Lenin es una persona…
Pero, es una cuestión de estilo…o es más de fondo…
Creo que es de estilo, en primer lugar. En segundo lugar, hay algunas cosas que son un poco más de fondo, por ejemplo, la percepción sobre el rol de la prensa que tiene Rafael Correa es distinta de la que tiene Lenin.
Hay otras cosas de fondo, el dialogar con los opositores…
Bueno, también Rafael planteaba que ese diálogo tenía que ser en menor nivel. Lenin considera que él tenía que hacerlo directamente. También los ministros de la política dialogaban con otras fuerzas políticas, pero en este caso, Lenin, ha querido hacerlo directamente. Sí hay algunas concepciones de fondo distintas, pero hay que decir algo: el proyecto es el mismo.
¿Cuáles serían las concepciones distintas?
No me pongas a decir eso abiertamente, porque es delicado para mí. Yo prefiero no decirlo, porque, incluso, pueden ser algunas que yo conozco y que no son conocidas.
Tomemos una, por ejemplo. Sabemos que dialogar es negociar con la agenda propia o aceptar la agenda ajena, porque en eso consiste el diálogo, es una concesión. Pero Correa ha dicho que jamás se sentaría a dialogar «con quien ofende a mi vicepresidente», esa es una de las contradicciones…
Esa es una de las diferencias que hay entre los dos presidentes. Rafael Correa no lo haría y Lenin lo hizo.
¿No se está derechizando Lenin Moreno…?
No, no creo. Él ha considerado abrir el nivel del diálogo, que ha sido muy intenso después de Rafael Correa.
Lenin tiene un doble discurso, en el mejor sentido. En la tarde bendice a Rafael Correa y luego en la noche le dice «barbaridades». Ese giro del discurso, ¿no es preocupante?
Yo te pido que no llevemos la entrevista hacia allá, porque son temas muy delicados. No los debo tratar públicamente.
¿Qué garantiza, Ricardo, que siga la Revolución Ciudadana, los principios del socialismo del siglo XXI y la obra social del gobierno de Rafael Correa, o es que Lenin dialoga con todos para que le ayuden a definir la agenda de gobernabilidad?
El proyecto está definido, hay un programa de gobierno por el que el pueblo votó y que lo llevó a Lenin a la presidencia, esa es la guía principal. Lo que él ha querido es consultar, porque una cosa es dialogar. y otra cosa es aceptar todo lo que le digan.
¿Es consultivo el diálogo o es resolutivo?
Pero claro. No, no, eso lo ha dicho claramente Lenin, privada y públicamente: yo converso, escucho y puedo tomar algunos criterios, pero no es para resolver con ellos. El programa de gobierno está claro, y con ellos se puede conversar, se pueden recibir opiniones que pueden ser valiosa, pero el proyecto y el programa está bien definidos.
¿Y qué garantiza el proyecto?
En primer que hay un programa, en segundo lugar, el hecho del que el presidente y el vicepresidente son servidores del proceso; han sido vicepresidentes, uno seis años y el otro, cuatro años. Por tanto, no pueden estar más identificados con el proyecto, porque no han sido cualquier servidor, han sido los vicepresidentes de la república. Y por otro lado, la participación de muchos compañeros que hemos estado trabajando en el proyecto y que Lenin ha querido que lo acompañemos.
¿Qué aspecto de la política del gobierno anterior se debe mantener y qué va a cambiar el gobierno de Lenin Moreno?
Tampoco te lo puedo decir, porque son definiciones que tomará Lenin…
¿Qué va a aconsejar el consejero…?
Eso se lo diré al presidente. No me metas en camisas de once varas… (ríe)
Ricardo Patiño, se sienta formalmente para la fotografía que ilustra la entrevista. Su fina camisa de once varas, luce elegante sobre el fondo arborescente de la selva -que impone su ley-, en un país que requiere de liderazgos fuertes y de consejos críticos.