Por María Eugenia Paz y Miño
Ahora dizques van a subir los pasajes. El cuento es el mismo de siempre: van a mejorar el servicio. ¿A qué se referirán con “servicio”? Es la pregunta del millón. Como me transporto en bus todo el tiempo y desde hace décadas, pienso que el servicio atraviesa por múltiples aristas. Voy a tratar de enumerar solo algunas, de acuerdo a mis propias experiencias:
VELOCIDAD En la bajada de Cumbayá a Tumbaco todos los buses interparroquiales prácticamente vuelan. Parece que a los choferes les encanta la sensación de abismo. En las curvas voy rezándole al Arcángel San Miguel, quien auxilia en estos casos. En Quito, hay un montón de zonas en donde los buses corren tanto, que parecen ambulancias.
GANADAS. El punto anterior tiene relación con las ganadas. Esto es, que un bus tiene que ganarle al otro. A veces es porque quieren ganarse pasajeros, otras veces porque se tienen bronca entre cooperativas o entre los propios choferes, en especial cuando uno de los “concursantes” hace una maniobra que le impide la salida al otro. Esto sí es fatal. El otro día, por esta circunstancia, tuve que ir bamboleándome de un lado al otro y como el conductor frenaba y aceleraba al mismo tiempo, también me moví de adelante para atrás. No tuve tiempo ni de decirle: “vea déjeme en esta parada”, porque ni siquiera paró en la parada, pues solo le interesaba llegar a la meta (ganar el juego de las ganadas).
PARADAS. Si bien ahora hay paradas fijas, lo cual es un logro de hace pocos años, cuando andan en las ganadas, paran en media vía para que se bajen los pasajeros. Normalmente pocos protestamos por esta situación. La gente se baja nomás, aunque vengan autos por la derecha.
PROTESTONES. Me parece que debo ser una de las pocas que protestan o le dicen algo al chofer por la velocidad, las ganadas, las paradas y otras bastantes situaciones que ponen en peligro a los usuarios. No sé por qué también será. La mayoría de pasajeros parece que no conoce sus derechos. Están pagando por un servicio, los tratan mal y no dicen ni mu.
AYUDANTES O “CHULÍOS”. A estas personas lo único que les importa es cobrar y ganar pasajeros. De vez en cuando dan la mano a alguien que necesite ayuda para subirse o bajarse del bus. La frase más popular de los chulíos es: “apúrese, apúrese”. También tienen otras frases célebres: “rapidito, rapidito”; “siga nomás que está vacío”, “en el medio hay puesto”. Y la peor “apéguese, apéguese”. Todo eso es cuando el bus está lleno. Cuando está repleto se estresan sobremanera y el “apéguese” se enfatiza.
ASIENTOS PREFERENCIALES. Algunos buses no tienen determinados los asientos preferenciales. Es una lata porque los chulíos no dicen nada al respecto. Ninguno hace cumplir los derechos de las personas que tienen preferencia de sentarse. Encima, está tan maleducada o malformada la población de pasajeros, que muy pocos dan el puesto a quien corresponde.
FRECUENCIA. A partir de las seis de la tarde las frecuencias se reducen, por tanto hay que ir amontonados. Si pasan las ocho de la noche, te fregaste. Muy pocas cooperativas están trabajando. Después de las nueve o diez, queda una que otra circulando. Ahí entran en escena los taxis. Taxi diario sí que resulta un gastazo, así que de ley toca ir amontonada. Por la noche ningún bus y eso que es una ciudad metropolitana. Esto sí me da iras, porque no hay cómo salir a farrear tan seguido. Supongo que es una censura que se ha impuesto a los quiteños para que se encierren en sus casas y no molesten ni interrumpan la sacrosanta paz, porque mañana hay que trabajar o estudiar. Alguien que quiera ir a un parque, charlar con las amistades en la vereda o donde a una le dé la gana, ya cae de sospechoso. El otro día con unos panas estábamos charlando en la vereda de una calle de Tumbaco. Eran las nueve de la noche. Un patrullero se acercó y el policía nos dijo: “váyanse a dormir”. ¡Imagínense! Ni siquiera dijo “váyanse a sus casas”, si no que nos mandó a dormir. La última vez que alguien me mandó a dormir tenía ocho años. Fue mi mamá. Pero ¿un policía? ¿Y a mis sin cuenta? Qué bajón. Quise regresar a casa y no había ni siquiera taxi. El transporte público no es para nada digno de la capital de un país. Quiero salir, compartir durante la noche y no hay cómo movilizarse. Como no hay buses para regresar, si justo una anda chira para el taxi, toca quedarse a contemplar la luna desde el Ilaló. Lindo claro está, pero como la veo de costumbre, también me gusta darme una vuelta por la city. Si alguien quiere venir está invitado, pero tendrá que venir en taxi o en auto propio porque no hay ni un solo bus a partir de las nueve de la noche (y el taxi es bien caro hasta acá).
LIMPIEZA. Hay que tener presupuesto extra para contar siempre con un gel de alcohol. Aparte, los propios choferes y no se diga los usuarios, son adictos al encurtido de cebolla con tomate, lo cual provoca en el ambiente un aroma recargado. Nadie dice nada al respecto, a pesar de que hay un letrero que menciona “no alimentos”. En esas situaciones sí me da ganas de sacar un cigarro y echarle al humo, que seguro contamina menos y más bien cura el ambiente.
TRANSPORTE MUNICIPAL. Aquí un resumen de lo que corresponde a la Eco vía y al Trole específicamente: Suciedad por todas partes. No lavan nunca parece. Tanto transportes como paradas: oxidados, rotos vidrios. Subirse es una odisea. Si no empujas no entras. Todos lo sabemos, así que nada, toca empujar y que te empujen. Frecuencias escasas. Debería haber un tras de otra, pero no, a veces hay que esperar como media hora para subirse, considerando que tras los empujones cierran las puertas y no todos los de la parada entramos. Un montón de veces me he arrepentido de ser chira. Mi sueño es comprarme un auto para, por lo menos, ya que no puedo hacer otra cosa, matarle de iras al alcalde porque al haber más autos y por consiguiente más tráfico, habrá más descontento y le dirán muchas más veces que es un cabeza de canguil o canguil a secas, como todos sabemos que lo llaman. Le pedirán que arregle de una vez algo y eso capaz le hace arreglar en algo el tráfico. Como ni él ni las autoridades que definen el tránsito en la ciudad viajan en bus o en transporte municipal, creen que es la maravilla. Obvio que ni se enteran de los problemas que cuento (y eso que hay más problemas). Seguro pasará lo mismo con el famoso metro, que aparte de destruir el patrimonio material en la parada San Francisco, será utilizado solo en tiempo de inauguración. Después será la misma vaina. Recuerdo que con el Trole sucedió eso. Bombos y platillos para la semana de inauguración. Toda la pelucolancia de la capital se subió en el trole y después, como era el pueblo y qué se van a juntar con el pueblo, todo se fue deteriorando. Lo más bonito, sin embargo, es la canción de Rodolfo el Reno que se oye desde el Trole o desde la Eco vía en época de Navidad. Igual van llenísimos los buses. Nadie va por la derecha. Todos entran por la derecha y la izquierda y salen también por los dos lados. Hay que empujarse mismo. Y eso que no estoy hablando de política…
En tantas idas y venidas ya me he debido defender de algún zángano, me han robado el celular dos veces, la chauchera cuatro veces. No es que sea despistada, a todos los usuarios nos ha pasado. El acoso es pan de todos los días, no solo en este servicio sino en los buses privados también. Jóvenes, casi niñas siempre son las más acosadas.
MÚSICA. La música es algo que me encanta en los buses, pero los señores choferes y los chulíos deben actualizarse. La mayoría es música de la década del setenta y del ochenta del siglo XX. Unas canciones de llorar. Claro que entiendo que pueden estar atravesando por momentos duros de la vida, pero es mejor que no involucren al resto. Ojalá pusieran música actual, alegre. Debería ser obligatorio que pongan música hecha por ecuatorianos, pero de los grupos actuales. De lo contrario les pasará como me pasó: música de Leonardo Favio y bajando a toda velocidad por Guápulo. Eso sí que es aventura. Con razón en una estampa de Don Evaristo Corral y Chancleta, él le decía a un gringo más o menos lo siguiente: “¿Quiere hacer turismo de aventura, turismo extremo? Súbase a un bus en Quito”.