El alza de los pasajes del transporte urbano público siempre ha sido percibida por la ciudadanía como una suerte de estafa sobre ruedas, en perjuicio del usuario. Bajo el consabido argumento de que se mejorará el servicio de buses urbanos, se ha producido alzas, sin que se haya cumplido la ampulosa promesa de los transportistas, a vista e impaciencia de los usuarios y con la anuencia cómplice de las autoridades.
Es tan antipopular la medida de alzar los pasajes de transporte urbano que en todos los gobiernos ha traído cola, una vez que insensiblemente los gobernantes de turno han cedido a la presión de los choferes organizados. El gobierno de Oswaldo Hurtado, de triste recordación por el alza de pasajes, tambaleó bajo la protesta ciudadana en los años ochenta, como ejemplo que perdura en la memoria colectiva. Los gobiernos de turno de la partidocracia ensayaron todo tipo de argumentos para justificar el alza en las tarifas de transporte urbano, sin poder aplicar la medida que impacta en el bolsillo de trabajadores y estudiantes, con razones justas.
La Comisión de Movilidad del Municipio de Quito aprobó el 28 de junio de 2017, las ordenanzas para segundo debate sobre regulación de taxis y sobre política tarifaria de transporte público. Y lo hace bajo la expectativa ciudadana de oponerse a la antipopular decisión de incrementar el valor del pasaje de buses a 0.30 centavos de dólar. Solo hace dos años el Municipio de Quito aprobó un oneroso costo por subsidio al transporte público para impedir el alza de tarifas de pasajes. Los dueños de los buses y choferes prometieron mejoras que no se cumplieron.
Es evidente que el tema se maneja con demagogia e insensibilidad, baste recordar que durante la campaña electoral de abril nadie se atrevió a hablar de alzas de pasajes por temor al rechazo popular. Y ahora con un gobierno que cede a las presiones de sus oponentes, la alcaldía de Quito se arriesga a aprobar, muy posiblemente, un alza en las tarifas de transporte urbano. ¿Acaso este tema se trató a puertas cerradas con el presidente Moreno en diálogo con el alcalde Rodas? ¿Que no existe un gobierno del pueblo y para el pueblo que ponga atajo a este despropósito contra la economía popular?
La Secretaría de Movilidad del Municipio ha prometido solicitar la documentación sobre el servicio para verificar cumplimiento de los parámetros de calidad. La evaluación se plantea, sobre estándares de seguridad, respeto a límites de velocidad, número de pasajeros por metro cuadrado, infracciones de tránsito, actitud del personal operativo con los usuarios, conducción técnica y segura, etc. Frente a ese control bien amerita que exista una veeduría ciudadana, orgánicamente integrada a las instancias de control, para supervisar el cumplimiento en las mejoras del transporte.
Se conoce que, al calor del debate, en el municipio se contempla aplicar un anexo técnico, que será la base para controlar la calidad del servicio en los buses con informes semestrales. También se prevé en un proyecto de normativa, un espacio para definir “la capacitación constante que deben recibir, tanto los conductores como los cobradores y azafatas, en lo referente a la atención al pasajero, la atención preferente a usuarios con movilidad reducida, manejo de estrés o control de la ira, seguridad vial”.
La ciudadana tiene el derecho de conocer en forma transparente los informes del estudio que determina el alza al 0.30 centavos de dólar por pasaje. Se sabe que dicho análisis contempló los rubros de inversión del vehículo, gasto en combustible, costo de mantenimiento, recurso humano, sistema de recaudo, seguros e impuestos, gastos administrativos y un margen de utilidad justo para fijar el alza. Mientras el Municipio se prepara para este viernes aprobar o no el incremento de tarifas, la ciudadanía, y en particular los sectores más afectados por una eventual alza del pasaje urbano, han expresado su total rechazo a la medida antipopular.
El sector estudiantil organizado en la Federación de Estudiante Universitarios, FEUE, y las Asociaciones de estudiantes de la Universidad Central, manifestaron su repudio a la medida. Según expresaron, “la Alcaldía no ha presentado estudios técnicos que respalden el aumento de la tarifa. Las universidades de Quito tienen observatorios de movilidad, facultades de Arquitectura o de Ingeniería Civil que pueden hacer los estudios necesarios, pero no ha existido ese liderazgo por parte del alcalde». Al mismo tiempo, en rueda de prensa, denunciaron el incumplimiento de las promesas, porque “no han existido las mejoras necesarias en el servicio de transporte y que aún existen sectores de la ciudad que no cuentan con unidades”.
La ciudadanía debe permanecer alerta a la eventual y funesta medida de alza de los pasajes urbanos. Y no descartar medidas de hecho en protesta popular frente al Municipio, junto a los estudiantes que ya se auto convocaron en jornadas de rechazo, puesto que, según señalaron, no permitirán que se apruebe el incremento considerado una estafa antipopular sobre ruedas.