De tal palo, tal astilla, reza el dicho popular. Y, consecuentemente, el cantor y músico chileno Juan Paredes, influyó en la formación de su hija Emiliana, con madera de artista. La joven interprete recientemente ganó el concurso de canto en inglés que calificó pronunciación y performance a nivel interescolar. Emiliana compitió como solista apoyada en una pista con el tema Crazy In Love, de Sofia Karlberg. La flamante ganadora se preparó durante dos semanas vocalizando y haciendo gestos frente al espejo con juvenil vanidad artística. El certamen evaluó vestuario, dominio escénico y calidad vocal, categorías que Emiliana calificó con excelencia, en representación de su colegio Pensionado Universitario. La joven artista, de 14 años de edad, descubrió su vocación musical en el seno familiar en un entorno de sensitivo gusto por la melodía popular y clásica.
-Toda mi familia es de artistas, mi papá, mis abuelos, todos hemos tenido una convocatoria muy grande en la música. Básicamente, desde que nací ando trepada en los micrófonos y tomé lecciones desde que soy super chiquita. Sin la música no podría vivir.
Emiliana tiene conocimientos de ejecución de piano, y ahora se propone descubrir los secretos de la guitarra. Siente el llamado de una vocación que pesa en su apellido por la destacada trayectoria de Juan Paredes, su padre residente más de cuatro décadas en Ecuador, fundador del grupo ecuatoriano Pueblo Nuevo y participante de múltiples presentaciones en escenarios compartidos con lo más granado del folclor latinoamericano, Intillimani, Quilapayún, Víctor Heredia, Silvio Rodriguez, los Parra y otros. La joven Emiliana confiesa que la música será su segunda profesión, luego de estudiar Ciencias Políticas, otro influjo de su padre.
-La música la veo como una carrera, como mi padre que es bastante conocido, y creo que en los pasos en que voy podría considerarla como una profesión, dice la joven.
La influencia de Juan Paredes sobre su hija menor va más allá de la relación familiar, puesto que desde muy pequeña Emiliana recibió indicaciones técnicas en una didáctica musical que ya está dando buenos frutos. No son pocas la ocasiones en que se ha presentado en el escenario del Café de Juan, junto a su padre, interpretando un variado repertorio que pinta desde pasillos hasta blues. La joven interprete se inclina por el género pop, sin perjuicio de que en ciertas ocasiones se emociona con piezas clásicas del rock y hasta de música texmex.
Emilia se declara fiel admiradora de Natalia Lafourcade y la mexicana Carla Morrison, ambas dotadas de una voz singular. Con certero conocimiento de haber adquirido sólidas nociones técnicas de vocalización musical, Emiliana visualiza su futuro como artista comprometida con sus inclinaciones de cientistas política.
-Aprendí a controlar bien la voz, los caprinos o trémolos. Estoy en un rango de mezzosoprano, es una situación que trato de mejorar practicando todos los días.
El talento y la constancia es el secreto a viva voz de Emiliana, una artista en ciernes que empieza a perfilar un destino como solista en el apasionante mundo de la música, con luz propia y en idioma español por ser su lengua natal, como confiesa. Un reto que, por el momento, asume junto al grupo de amigos -“sus músicos”-, que la acompañan en la aventura artística.
-Sí puedes vivir de la música, porque cada uno construye su futuro y lo que quiere ser, como artista la música te puede dar de comer. Ese es el gran ejemplo de mi padre que ha vivido de la música toda la vida.
Emiliana Paredes no descarta transitar el camino de la creación musical y se ve, incluso, como compositora, además de interprete. Confiesa haber escrito algunos versos y para ilustrar su afirmación nos refiere su poema Sueños del alma, que habla de cómo vencer las dificultades que nos separan de la realización de nuestros sueños. Con sonoro orgullo declara que no es necesario ir a un conservatorio, puesto que los conocimientos adquiridos del padre, serían suficiente para asumir el reto de conquistar el mundo con su voz.