Muchos ignoran que cuando abrimos una cuenta de Google estamos formando parte de un monstruo mundial que utiliza la información que proporcionamos con fines comerciales. No se tiene una idea precisa de cuánto asciende la facturación promedio mundial de Google, pero se infiere que debe ser una cantidad estratosférica para que solo en una multa, el gigante estadounidense de Internet sea sancionado por una Comisión Europea con 2.735 millones de dólares, (2.424 millones de euros), la mayor cantidad impuesta a una sola compañía. La multa fue determinada contra Google por “por abusar de su posición dominante como motor de búsquedas en Internet al dar ventajas «ilegales» a su servicio de comparación de compras”.
La medida que intenta sancionar el “hecho ilegal de Google, con respecto a las leyes de la competencia de la Unión Europea (UE), que ha impedido que otras compañías compitan en base a sus méritos e innoven, lo que perjudica a los consumidores», podría traer cola en las relaciones de Europa con Trump, según apuntan los observadores. Google utilizó su posición dominante en el mercado para favorecer en su buscador a su comparador de precios Google Shopping, frente a sus rivales. La multa fue calculada en base de los ingresos del gigante estadounidense en 13 países europeos y supera con creces una multa anterior impuesta en el 2009 por Bruselas, contra la fábrica gringa Intel, con 1.060 millones de euros. Google tiene un plazo de 90 días “para poner fin a esta práctica”, si no quiere enfrentar una nueva multa por el 5% de su facturación media mundial.
Google ha mostrado su desacuerdo con la multa y avisó que apelará a la sentencia de la Comisión Europea. No obstante, existen antecedentes en la actuación preferencial de las empresas transnacionales norteamericanas que, según la sentencia, en este caso, «el dominio de Google en el mercado dio a la compañía el poder de decidir el destino de todos los proveedores de servicios en línea, es decir, de casi todas las empresas». Anteriormente, la Comisión Europea había sancionado al fabricante norteamericano Apple, por haberse “beneficiado de ventajas fiscales indebidas en Irlanda y lo conminó a devolver a Dublín más de 13 000 millones de euros”. De igual modo, los referentes señalan otros dos casos contra Google por abuso de competencia en sus plataformas publicitaria AdSense y su sistema operativo Android.
Otro caso de multas millonarias tuvo lugar contra Microsoft, en el 2014, cuando la compañía fue obligada a pagar 497 millones de euros “por negarse a aportar documentación técnica completa a sus rivales para que pudieran concebir programas plenamente compatibles con el sistema operativo Windows”. La transnacional estadounidense ha sido multada por un monto toral de 2.000 millones de euros “por incumplir sus compromisos cerrados con el ejecutivo comunitario europeo” y por vincular su lector Windows Media Player con el sistema Windows para aventajar a su competencia. También, en escala menor Telefónica de España fue multada en 152 millones de euros “por avisar de su posición dominante e imponer precios injustos a su competencia de banda ancha”. Ahora ya sabemos que, en el frío e impersonal mundo del dinero, la comunicación es una irrisoria alegoría en manos de los dueños del mundo.