La constructora Odebrecht habría negociado su inmunidad – ¿o impunidad? – en Ecuador, a cambio de proporcionar información sobre nombres de personas favorecidas con sobornos en los procesos de contratación pública del país, en los que participó la empresa brasilera. Al menos, ese es el compromiso aceptado por la Fiscalía ecuatoriana, luego de recibir los documentos de Odebrecht el 1 de junio del 2017.
La negociación y acuerdo supone que “no se podrá procesar civil y/o penalmente a la constructora, a cualquiera de los 78 ex directivos, que firmaron acuerdos de colaboración premiada con el Ministerio Público de Brasil”. Esto incluye a trabajadores de Odebrecht y a las empresas proveedoras que sabían o formaron parte de los actos de soborno. Esto supone el acuerdo de cooperación que Odebrecht firmó con el Ministerio Público de Brasil, el 1 de diciembre del 2016. Un pacto de indulgencia que favorece a Odebrecht al lograr la reducción de las penas judiciales, a cambio de la entrega de pruebas de sus delitos cometidos.
Las reacciones de los expertos en el tema están divididas. En Perú el fiscal Orlando Martello, del equipo de procuradores que investigan el caso Lava Jato en Curitiba (Brasil), señaló que “el principio es que si la empresa presenta las pruebas no es justo que sea procesada en razón de las mismas evidencias que entregó”. En tanto, el penalista Ramiro Román, mencionó que “el condicionamiento no es ilegítimo y se debe cumplir”, sin embargo -dijo- la Fiscalía tiene la obligación de investigar los esquemas de corrupción que implementó Odebrecht en el país.
En Brasil, el fiscal ecuatoriano Carlos Baca dijo que los datos obtenidos permiten indicar que “se trata de verdaderas tramas de delitos de crimen organizado transnacional”, que permiten detectar sobornos por un monto de 33,5 millones de dólares en Ecuador. Para Wilson Velastegui, experto en derecho penal, no es posible aceptar “la inmunidad que se les otorga a los brasileros”, pero concuerda en que es “beneficioso aceptar la condición y obtener datos inmediatos desde Brasil”.
El acuerdo de Odebrecht con las autoridades de los países donde actuó, rinde frutos en el avance de las investigaciones. Hasta el momento, República Dominicana, Perú, Brasil, Estados Unidos y Suiza lograron concretar tratos con la constructora brasilera. En República Dominicana, Odebrecht se comprometió a cancelar USD 184 millones (el doble de los sobornos entregados) como indemnización y, además, entregar información. El experto consultor, Gustavo Segre de Brasil, señaló que “es mejor tener un acuerdo con la constructora, pues pudieran devolver el monto de los sobornos y el lucro que recibieron por contratos”. En Ecuador esa cifra bordea los USD 116 millones, según el informe de EE.UU. Las autoridades ecuatorianas coinciden en que “tener información directa de quiénes fueron los sobornados también facilita la indagación”. La Fiscalía ecuatoriana intento una citación a los directivos de Odebrecht en Brasil para tomarles declaraciones, pero este procedimiento no prosperó.
En busca de acuerdos, Odebrecht en los EE.UU. buscó un convenio de “cooperación eficaz”, que permite a las autoridades ecuatorianas saber cómo opera una estructura criminal, a cambio de la rebaja de penas para que el sospechoso entregue información. Pero la constructora brasilera intentó imponer condiciones que le permitirían beneficiarse con la reducción de penas sin pagar indemnización por sus actividades ilícitas, ni entregar información, lo cual no fue aceptado por la Fiscalía ecuatoriana.
En definitiva, Odebrecht se está favoreciendo con un convenio de clemencia firmado en diciembre del 2016, en el sentido de entregar información a cambio de la reducción de penas. Este pacto incluye una cláusula por la que los directivos y colaboradores no podrán ser judicializados fuera de Brasil.
La ciudadanía ecuatoriana se pregunta hasta dónde se puede otorgar más prerrogativas a Odebrecht, cómo puede ser posible que, a cambio de colaboración, un delincuente, poco menos, salga libre de polvo y paja. ¿Qué mecanismos del sistema judicial latinoamericano permiten, con justicia, este despropósito? El lado insólito de este aberrante caso, al menos, permite visualizar la posibilidad de saber que nuestra sociedad no será la misma después de Odebrecht. Una corrupta empresa corruptora que nos enseñó el lado oscuro de la ley.