El pasado 24 de mayo se posesionó el nuevo Presidente Constitucional de Ecuador, Lenin Moreno Garcés, prácticamente se convirtió en el único mandatario que usa silla de ruedas en el mundo. Esta singularidad ha sido calificada como extraordinaria toda vez que es considerada como una lección de inclusión de las personas con discapacidad que Ecuador brinda al mundo.
Ya en el ejercicio de sus funciones, uno de los aspectos destacados que está caracterizando a esta nueva gestión presidencial es el llamado al diálogo a todos los sectores de la sociedad ecuatoriana, convocatoria que ha sido muy bien recibida por la mayoría de ciudadanos, pues ven en ella un nuevo y fresco estilo de gobierno, y un dejar atrás los sobresaltos de una conflictiva campaña electoral.
Además, ciertos anuncios que rompen con esquemas a los que estuvimos acostumbrados por diez años, en unos casos han producido complacencia y en otros incertidumbre, como por ejemplo: la supresión de los enlaces ciudadanos, la revisión de la Ley de Comunicación, aproximación con grupos y personajes tradicionales que fueron muy adversos a Rafael Correa, la creación de un Frente de Transparencia y Lucha contra la Corrupción y la conformación de un gabinete ministerial con gentes de otras alas políticas. En todo caso, está por verse si resulta muy prematuro adelantar conclusiones sobre estas señales.
Para analizar este primer momento del gobierno de Lenin Moreno, invitamos al analista político y catedrático de la FLACSO, Franklin Ramírez, quien posee un doctorado en Sociología Política, de la Universidad de París VIII- Saint Denis y Complutense de Madrid.
1.- ¿Qué significados tiene para usted la “descorreización” de la política ecuatoriana?
Estamos en un momento de transición política- institucional en el país. Luego de una década marcada por la figura de Rafael Correa se inaugura un nuevo periodo democrático con el mismo partido de Correa. La gran pregunta es cómo Lenin Moreno va articular esta relación cambio y continuidad. Lograr la descorreización que yo he sugerido desde hace algún tiempo, tiene que ver con esa mezcla de cambio y continuidad. La idea de la descorreización no es el anticorreísmo, es modificar algunas cuestiones del legado de la Revolución Ciudadana, ligadas a la figura de Correa para proseguir con otras. Descorreizar yo entiendo como modificaciones al interior de Alianza País en las pautas de la acción pública. Lo que está en juego es en qué medida se inaugura un nuevo momento político, con otro estilo, con otras formas de relacionamiento con la sociedad y con la oposición.
En medio de esto, tratar de preservar las claves del gobierno de Correa como la presencia del Estado en la economía, el control a los mercados, la regulación de las finanzas y la redistribución de la riqueza que son elementos que permitieron un largo periodo de gobierno a Rafael Correa. Es evidente que había un cansancio de la sociedad por su estilo confrontacional, cada vez más replegado sobre sí mismo y poco dispuesto a la negociación política. Por el momento Lenin Moreno ha dado señales de reconfiguración en las formas y los estilos, pero todavía es muy pronto para ver en su agenda, qué preserva y qué no, del gobierno de Correa.
2.- Lenin Moreno ha convocado a un diálogo nacional estableciendo límites que tienen que ver con la moral, la ética y la lógica; entre tanto la oposición ya se ha posicionado frente a este llamado y ha establecido condiciones.
La oposición recibe con buenos ojos la invitación de Lenin Moreno, parece que la oposición y la opinión pública requerían un poco de calma. Moreno ha dado señales rápidas en ese sentido, por lo que existe una suerte de tregua política.
Mi preocupación fundamental es que Lenin Moreno no ha sido muy claro respecto a cuáles son las líneas maestras de su gobierno, exceptuando el plan Toda Una Vida, no se sabe bien cómo va a seguir con la economía, cuál va a ser el papel del Estado en la regulación de los grandes sectores económicos. A ratos hay una impresión que hay una invitación al diálogo sin tener claridad en lo que el presidente realmente quiere para el país en los próximos años.
Da la apariencia de un gobierno débil: no tengo una agenda propia, ni prioridad de lo que voy hacer y voy a dialogar para ver qué hago. Tampoco me quiero apresurar es tan solo una apreciación, es apenas una semana de gobierno, hay que tener paciencia y tino.
Respecto al movimiento indígena hay condicionamientos de ciertos sectores para el diálogo, pero al mismo tiempo hay un altísimo dirigente indígena que es funcionario del gobierno de Moreno: Humberto Cholango, uno de los dirigentes históricos de la línea más radical de la izquierda del movimiento indígena, fue presidente de la Conaie y Ecuarunari. Cholango responde al eje de Cayambe, que es el reducto más confrontativo, más organizado y más ideologizado que está con Lenin Moreno. Considero que sí existirán sectores de indígenas que habrían condicionado el diálogo. Me imagino que buena parte de esas demandas de amnistía e indulto van a pasar. Recordemos que cuando un gobierno dice yo escucho, todos los actores políticos suelen poner la vara muy alta en sus demandas. Sin embargo, el tema de las amnistías no va ser el único que defina la profundidad del diálogo.
3.- En esta línea, hay analistas que señalan que es un gobierno débil porque su triunfo se sustenta en un estrecho margen de ganancia y que el diálogo sería para ceder ante la oposición.
Ahí está la clave, lo que acabas de decir. A ratos tengo la impresión que el gobierno acoge la idea de la oposición de que es un gobierno débil, porque ganó con una escasa diferencia y eso es problemático. Se conoce que en las segundas vueltas nunca los triunfos son apabullantes. Otra cosa es ganar en primera vuelta como ganó Correa, con grandes diferencias de hasta 20 puntos. Empero AP sigue siendo la primera fuerza política, conserva la mayoría en el Legislativo, en el CAL, tiene una votación homogénea a nivel nacional, es de largo la primera gran fuerza, empero con una contracción por los resultados del 2013. Lo que creo es que la oposición tuvo éxito político no tanto porque Moreno ganó con un estrecho margen sino cómo la oposición actuó luego de los resultados del 2 de abril. La tesis del fraude y la movilización que hubo dio la impresión de que el gobierno es más débil de lo que es. La oposición cumplió con su objetivo político, que dice: Lenin entras condicionado y no te reconocemos. En todo caso, con toda esta problemática es un gobierno que puede gobernar tranquilamente.
4.- Según ciertos analistas, el discurso político e ideológico de Lenin Moreno, no es tan claro, más bien da pábulo a incertidumbres, dudas o sospechas.
Sí, deja señales de dudas, es una gran incógnita, deja gran desconcierto en muchos sectores duros de A P. Puede llegar a ser una de las líneas de la oposición, incluso hacia el futuro.
Moreno tuvo el arte de llegar al poder sin haberse pronunciado mucho sobre grandes cuestiones, todo lo contrario, a Correa que siempre fue muy claro en sus convicciones. Moreno no, es un político que no le gusta decir en que él realmente cree, en términos de líneas orientación gubernativa. Lo que ha dicho es que quiere dialogar y que va escuchar, pero no dice en torno a qué, cuáles son las líneas, qué es lo que no se negocia, o todo es negociable, o todo entra en el tapete de la discusión.
5.- ¿Cuáles son las dimensiones que usted le da a aquello de las manos extendidas, propuesta por el presidente Moreno?
Me parece que tiene que ver con ese mensaje del diálogo, de la escucha, del reconocimiento del adversario, de la tolerancia, etc. Había un agotamiento de grandes sectores de la sociedad del estilo de Correa. Le escuché al Alcalde Nebot decir que va invitar a Moreno a las fiestas de Guayaquil, es una señal de que Moreno es más fácil de interlocutor, y que el mensaje de brazos extendidas, manos abiertas ha sido bien recibido por la oposición. La clave es saber cuáles son las condiciones del diálogo, qué es lo que se va a dialogar, si es que se dialoga dentro de una agenda que ya está estructurada o que todo va a ser objeto de negociación. Sabemos por la historia de la política que los actores más fuertes, sectores más poderosos, cuando se abren las puertas del diálogo hacen prevalecer sus intereses, hay que ver ahí cuan aguzado, cuan listo, cuan abierto está el gobierno efectivamente para aquello.
Hay que ver qué intereses son acogidos en los escenarios de diálogo. Por lo pronto hay que ver si se dialoga con el sector popular, clase trabajadora, ciudadanos no organizados, o en lo fundamental con aquellos que han estado muy contrarios a Correa
6.- ¿El cambio de estilo será también es cambio de objetivos o fines políticos?
Eso está por verse. Tengo la impresión que los procesos de cambio social no pueden hacerse sin conflicto. Al conflicto no hay que demonizarlo, es parte de la política y de los procesos de cambio político. Ese énfasis en el diálogo es una forma de cerrar el conflicto y por lo tanto restringir las vías para disputar el cambio. Con Lenin Moreno es más probable que la Revolución Ciudadana conserve lo que ya alcanzó más que generar grandes avances. Es imposible cambiar, modificar estructuras de poder e intereses sino no hay ciertos niveles de conflicto.
7.- En esta coyuntura política parece que la oposición está tratando de imponer sus aspiraciones políticas como un cambio de modelo económico, flexibilización laboral o la eliminación de impuestos, por ejemplo, ¿cómo debería responder el gobierno ante estas aspiraciones’
El pueblo no votó por esa agenda, el pueblo votó por una agenda de cambio y continuidad. El cambio ha sido refrendado por años, el mismo que tiene que ver con la regulación del Estado, la defensa de los derechos de los trabajadores, la equidad salarial, etc. La descorreización tiene que ver con el cambio de estilo de confrontación y nada que ver con la agenda de Guillermo Lasso, él no ganó. A los gobiernos entrantes siempre hay que darles un plazo, se dice que el compás de espera es de 100 días para ver sus señales claras. No hay que anticipar muchos criterios, lo que sí está claro es que hay un cambio del modo de conducción de la política de comunicación, no hay sabatinas y se abre el diálogo con los medios.
8.- ¿Cuáles serían las consecuencias de la eliminación de las sabatinas?
Las sabatinas en estos años cumplieron dos papeles: un trabajo de pedagogía popular, un Correa explicando la toma de decisiones, siendo muy pedagógico en cuestiones muy complicadas y por otro lado la confrontando con los medios. Dos funciones importantes que permitieron al gobierno expandir su trabajo de comunicación hacia sectores muy amplios y al mismo tiempo desmentir a los grandes poderes mediáticos. Hay que ver cómo reemplaza Lenin Moreno aquello, sería peligroso, simplemente replegarse y decir: ni informo ni confronto.
Dentro del gobierno deben estar trabajando en una propuesta de comunicación política alternativa. Ahora en el siglo XXI es muy difícil que los gobiernos no tengan claridad sobre una agenda de comunicación política. Los medios están viendo como un gran triunfo de ellos la eliminación de las sabatinas que es verdad que se habían desgastado.
Al mismo tiempo, es verdad que Lenin Moreno aun si quisiera hacer la rendición de cuentas semanal, él no está en condiciones físicas de hacerlo, incluso su talante no es para realizarlas. Me imagino que en AP estará reconstruyendo una matriz comunicacional, en eso AP ha sido siempre ágil, no hay que olvidar que mucha gente que estuvo 10 años en el poder continúa en este gobierno.
9. -Hay un sector en la prensa que parece que quiere volver a tener el protagonismo de hace muchos años, incluso de manera furibunda pide que se derogue la LOC, otro que se la reforme, se elimine la SUPERCOM, otro que pide se elabore una nueva Ley y se pida el aval de la relatoría de las Naciones Unidas para que ésta entre en vigencia.
La oposición está aprovechando la coyuntura en el que el poder político abre la agenda y ellos tienden a plantear todo, eso es normal. Correa sí cerró ese espacio para procesar demandas. Lenin Moreno está abriendo ese espacio: dice yo dialogo, yo estoy dispuesto, entonces ellos demandan aquello que venían disputando todos estos años. Esto es absolutamente normal que lo hagan. Otra cosa es que Lenin no podrá procesar todas las demandas, entonces aparecerán las fricciones y confrontaciones.
10.- ¿Cuál es su lectura política de la conformación del gabinete?
Un retorno del círculo cercano de la izquierda intelectual serrana- quiteña que fueron relegados en el último ciclo, como Virgilio Hernández, Augusto Barrera, Fander Falconí, etc. Hay una pérdida de protagonismo de colaboradores guayaquileños más cercanos a Correa, un perfil mucho más bajo de Jorge Glas y una serie de nombramientos extraños al movimiento. Hay que recordar que Correa no compartió el poder con gente ajena a AP. En cambio, ahora hay gente cercana a Jimmy Jairala, gente del movimiento indígena y de otros sectores como el socialismo. Moreno ha repartido el poder político entre sus socios y aliados, algo que Correa lo hizo marginalmente. El núcleo más duro de AP está en torno a María Fernanda Espinosa y los fundadores serranos de AP. Gente que viene militando en la izquierda desde hace años, esta es una pista interesante.
11.- ¿Respecto a la política internacional habrá cambios drásticos o habrá continuidad?
Creo que va a ser una mezcla de cambios y continuidad. El mismo Moreno habló de relaciones más cercanas con los Estados Unidos, pero no ha tocado nada sobre Venezuela, un aliado muy cercano de Ecuador. En el círculo de aliados más cercanos no habrá mayores cambios, es decir con Bolivia, Venezuela, Nicaragua y Cuba, más bien se va a tratar de ampliar el círculo para mayores relaciones internacionales con la perspectiva de dinamizar las exportaciones. Hay que cuidar mucho la parte externa de la economía, eso supone tener relaciones más fluidas con socios básicos. Recordar que Rafael Correa tampoco fue radicalmente hostil con los EE.UU. más bien hubo una relación positiva. La única relación que estuvo congelada fue con Brasil por las circunstancias del golpe de Estado a Dilma Roussef, el gobierno ecuatoriano no reconoció a Temer. Pero por lo demás, parece que hay una línea internacional que va a proseguir en el marco de la autonomía y soberanía. Estas, en líneas generales, las apreciaciones del catedrático Franklin Ramírez. Por mi parte pienso que hay que armarse de paciencia y dejar que el tiempo hable. Si bien es cierto que Lenin no es Rafael, el proyecto político sí es el mismo y eso es lo que importa.