Uno de los hechos insólitos relacionados con el caso Odebrecht en Ecuador, es la presunta vinculación del contralor, Carlos Pólit, con actos irregulares, supuestamente cometidos en sus funciones, según versión de la Fiscalía. El abogado de Pólit, -Jorge Acosta- aseguró que el fiscal Carlos Baca “inició acciones en represalia a un informe negativo de la Contraloría, por lo tanto, tendrá que probar esa acusación”; sin embargo, analistas consideran que la mejor defensa son las cuentas claras y transparentes.
Mientras tanto, ha trascendido -desde Miami- que Polit otorgó poderes a su abogado para que inicie su defensa en Ecuador, y “para que me represente e intervenga en todos los asuntos judiciales que se me ocurran en lo sucesivo”, señaló el funcionario, quien se encuentra presuntamente bajo supervisión médica en esa ciudad estadounidense. Esta actitud ha merecido la reprobación de diversos sectores, puesto que, el contralor tiene la obligación de regresar a la brevedad posible al país y responder ante la ciudadanía a los cuestionamientos de que está siendo objeto por parte de la Fiscalía.
Las acciones de Polit, también están bajo sospecha de la Comisión Nacional Anticorrupción, organismo que solicitó a la Asamblea Nacional la suspensión del contralor, ya que sus funciones serían incompatibles con la investigación que se ventila en su contra por supuestos actos reñidos con la ley; no obstante que este funcionario público está llamado a preservar los procedimientos legales y éticos de las acciones del Estado. Con anterioridad, el 9 de abril, los nueve miembros de la organización Comisión Anticorrupción fueron declarados culpables por calumniar al contralor Carlos Pólit, al afirmar que Polit habría “cometido irregularidades fiscales en la adjudicación de terrenos de la Refinería del Pacífico, en Manabí”.
Resulta insólito, y de extrema gravedad, que la instancia de control termine vinculada con la corrupción, ya que a todas luces las funciones del contralor son, precisamente, supervisar e informar sobre actos irregulares o abiertamente corruptos, mediante la fiscalización que realiza a contratos y otros eventos del sector público. Como dice el refrán popular, es como haber puesto al lobo a cuidar a las ovejas. Ecuador exige saber cómo fue que la persona encargada de luchar contra la corrupción se ve envuelta en el caso Odebrecht. No es posible convivir en alegre silencio cómplice, sin levantar una enérgica voz de protesta ciudadana, en el país de los insólitos.