Está a punto de abrir el telón en Ecuador la 16ª edición de EDOC, el Festival Internacional de Cine Documental Encuentros del Otro Cine, con la proyección de 88 filmes seleccionados de 30 países, que serán exhibidos en las sedes de Ochoymedio, Incine, Cumandá, Parque Urbano, Flacso Cine, MAAC Cine, del 10 al 21 de mayo en Quito y del 12 al 21 de mayo en Guayaquil. El evento que reúne lo mejor de la cinematografía mundial en género documental, estrena este año nuevo director general, el cineasta y gestor cultural Alfredo Mora que ya tiene 12 años de rodar por las lides del evento anual. Alfredo reemplaza a Manolo Sarmiento, cineasta creador del EDOC que tiene que compartir el tiempo con el rodaje de sus producciones independientes.
En la edición de este año, EDOC tendrá la presencia de directores internacionales que visitarán el país y sostendrán encuentros con los espectadores. Entre ellos, Claire Simon, una de las directoras de cine independiente más importante de la actualidad y que realizará una retrospectiva de nueve de sus obras, desde 1992 hasta el último documental Le Concours, estrenado en el 2016 en el Festival de Cine de Venecia, donde además ganó el Venice Classic Award a Mejor Documental.
El Festival contará también con la presencia de directores de cine documental como Eduardo Crespo, cineasta argentino que presentará su documental Crespo (La memoria de la continuidad); el realizador chileno José Luis Torres Leiva, director de El viento sabe que vuelvo a casa y Florence Jaugey, documentalista francesa residente en Centroamérica que presentará su filme Girasoles de Nicaragua. La ya tradicional sección Cómo nos ven, cómo nos vemos, que habla del Ecuador desde la primera edición de los EDOC, está compuesta por 14 estrenos nacionales. Entre ellos 52” de Javier Andrade, Llanganati de Jorge Juan Anhalzer e Isabel Dávalos, Ukamau y ké de Andrés Ramírez y Si yo muero primero de Rodolfo Muñoz, filme que invita a descubrir la historia del célebre cantante Julio Jaramillo y que se proyectará al aire libre el jueves 18 de mayo a las 19h00, en el Bulevar 24 de mayo en Quito. También estará presente Laís Lifschitz, editora brasileña de la película inaugural No Intenso Agora del director João Moreira Salles.
En conversatorio sostenido en la sede de EDOC en Quito, Alfredo Mora nos proyectó una panorámica del festival en sus aspectos logísticos, técnicos y estéticos.
A nosotros nos gusta el cine que es basado en la realidad, eso es lo que estamos buscando.
En la literatura está de moda la non fiction, ¿hay una crisis de las utopías, o la realidad se ha vuelto más imponente para el cine…?
Hay muchos motivos que pueden ser analizados, la manera en que nos llegaba la información se ha vuelto más ficticia y la gente está buscando un nexo más fuerte con la realidad, ese es el principal motivo. También en cine documental es un cine mucho más fácil de producir, por tanto, permite que la gente haga más películas con mayor alcance en el tiempo.
Amerita hacer un balance de estos 16 años de EDOC ¿se creó un público cinéfilo de documentales?
EDOC vino a crear un nicho importantísimo como es el cine documental, que se ve difícilmente en salas de cine y en televisión. De cierta manera el público estaba preparado para encontrarnos y nosotros empezamos en el momento ideal, pero también durante los 16 años se ha expandido el universo documental a nivel mundial, tanto que hay gente que habla que no se debería hacer una definición, que no hay que hablar de documental y ficción, sino solo de cine.
El cine documental, a diferencia del argumental, es más un cine autoral…
La gente se confunde mucho entre ficción y argumento, la gente ve una película biográfica con actores haciendo de un personaje histórico y dice que es un documental, pero no lo es. Buscamos cine basado en la realidad en que el autor tenga algo que decir, no importa si el tema tiene que ver con derechos humanos, conflictos armados o con su historia familiar, pero tiene que venir de él. Este año, EDOC exhibirá una película de una autora alemana residente en Argentina, Nelly Woulacs, Un futuro perfecto, y en esa película los personajes son reales, se representan a sí mismos. La directora ha dicho que no está filmando la realidad, lo que pasa no es espontáneo, es planificado, pero siempre tiene un pie puesto en la realidad.
¿Cómo selecciona el EDOC las películas que exhibe, cómo es la logística del festival?
Es un trabajo de muchos meses, primero abrimos una convocatoria en octubre a nivel mundial, es abierta y las películas se registran en nuestra página web. Tenemos canales de distribución amigos e intercambios publicitarios con festivales de documentales. Anunciamos nuestro festival y avisamos a las redes de distribución y sobre todo a las compañías distribuidoras, ellos registran sus películas. Por convocatoria abierta llegan más de 350 películas de todo el mundo -nosotros vemos otras 300-, entonces son cerca de 600 películas que vemos para poder seleccionar. Este año hay 88 como las teclas de un piano.
¿Qué valora el festival?
Hay muchos criterios, estamos buscando la visión que el autor tenga algo que decir, que tengan valor cinematográfico y que lo diga bien. En el cine documental se valora también la importancia del tema, la vigencia politica y social. El documental siempre tendrá un lenguaje que, por sus características, cuestiona al poder, no necesariamente gubernamental, sino también el poder económico, mediático y financiero. Técnicamente hablando, nos interesa mucho el valor cinematográfico, eso quiere decir, que el director haya puesto algún tipo de pensamiento cinematográfico. Últimamente hemos seleccionado más películas en que hay una buena fotografía y una buena edición.
¿Qué volumen de público logra concitar el EDOC?
Tenemos entre 15 y 18 mil asistentes a nivel nacional, yo creo que es muy bueno, porque cuando hablas de estas cifras con gente de otros festivales, se impresionan mucho. Sin embargo, hay festivales monumentales dónde van 400 mil personas el Bafici, por ejemplo.
¿Qué destino tienen las películas ganadoras del EDOC?
Nosotros tenemos un premio del público. Algunas veces ha sido una película ecuatoriana. El cine documental tiene sus nicho, festivales y mercados, el siguiente paso que hay que dar es que el destino natural de los documentales, que es el de la televisión. Ahora tenemos un intercambio de imagen con los CNT y con los medios públicos para exhibir nuestras películas por primera vez, eso es muy valioso.
La idea es que el espectador hollywoodense se interese también por el cine documental…
Vivimos en un mercado en que el 95% nos viene de Hollywood. Alguna vez, cuando había los grandes cines, veíamos películas que venían de Italia o Francia, y eso se ha perdido absolutamente. En EDOC hay como un nicho para el cine independiente. Estamos tratando de posicionar el hecho de que los festivales son necesarios, como eventos culturales para la ciudad.