Manuela celebra sus primeros 25 años en Casa Éguëz en un ambiente de camaradería y nostalgia por las primeras 14 ediciones que ha tenido la célebre novela del escritor Luis Zúñiga. En un conversatorio integrado por la actriz Patricia Loor, el autor Luis Zúñiga, el escritor Kintto Lucas, el editor de Eskeletra Ramiro Arias y el anfitrión Iván Éguëz, se conmemoraron cinco lustros cumplidos por Manuela, una de las novelas históricas más leídas en el continente desde su primera aparición en el país el año de 1991.
El anfitrión, Iván Égüez, en una evocación de la primera edición de Manuela, dijo que es grato celebrar “los primeros 25 años de vigencia de la novela Manuela, de Luis Zúñiga. A mí me ha correspondido ser el editor de la primera edición de Manuela hace 25 años, cuando estábamos con el pelo menos cano y la barba más frondosa. Manuela fue elegida para la primera colección que sacó la Campaña de Lectura Eugenio Espejo y que es la de mayor tiraje que se ha hecho en el país, circularon 110 mil ejemplares semanales con el diario El Universo, una de las mayores ediciones que se han hecho en América Latina”. Manuela fue reeditada, -con motivo del Bicentenario de la Independencia- en una edición de 60 mil ejemplares de Abrapalabra Editores, y otra edición masiva que estuvo a cargo del Ministerio de Cultura, con un tiraje de 10 mil ejemplares.
En la actualidad, Manuela es publicada en la 15 edición del texto que perfila la figura de Manuela Sáenz, desde su perspectiva histórica y humana. Ramiro Arias, director de Eskeletra, ha dicho que la editorial supera ya los 200 títulos publicados en el país, como protagonista de un movimiento cultural difícil de evaluar, en cuanto a su aporte a la sociedad. “Hace 22 años contactamos a Lucho y le propusimos hacer una edición de Manuela, en 1994, y desde entonces hemos venido publicándola. El autor ni el editor, pueden predecir cuándo un libro se vuelve clásico, solo se vuelve clásico cuando el lector le da la posibilidad de permanencia en el tiempo, y este es su valor, y nos enorgullece y festejar estos 25 años, en la 15 edición de esta obra, que ganó el premio Joaquín Gallegos Lara, auguramos muchos años más a esta novela”.
Luis Zúñiga señaló que “esta noche es especial porque hace 25 años recordamos lo que significó escribir esa novela en ese tiempo y escribir sobre lo que pasaba en América Latina, esta novela tuvo ese significado como el resultado de un trabajo largo y duro, porque me demoré tres años y medio en investigar y escribir la novela, esta es una noche para compartir y conversar de manera muy fraterna”.
Y la noche se abrió no solo fraterna, sino evocadora de la figura de la libertadora del libertador, en el texto de Zúñiga y la voz de Manuela en la lectura Patricia Loor, quien dijo que Manuela está en Luis y Zúñiga está en ella: “Estoy aquí, pese a que no soy bien vista por la mayoría de los oficiales, como ustedes saben, después de todo creo que la vida tiene sus compensaciones, más aún si creemos que son justas nuestras acciones”.
Zúñiga reconoció que, una cosa fue investigar para empaparse de la época de Manuela Sáenz, y otra fue contar su historia: “Tenia la alternativa de hacerlo en tercera persona como un narrador omnisciente, pero me motivaron a escribir en primera persona, las cartas de amor entre Bolívar y Manuela, y un libro del epistolario a políticos de la época y amistades; y fui descubriendo a un personaje muy fuerte, y me fui apoderando de ese espíritu que está en las cartas. Ese fue un gran desafío, me han dicho que fui un médium de su voz para hablar en su nombre”
El escritor uruguayo ecuatoriano, Kintto Lucas, señaló que “hay que pensar en un fervor de Manuela por parte de Luis, porque Zúñiga no escribe sobre Manuela, escribe desde Manuela. Una cosa es contar algo sobre alguien y otra cosa es asumirse y hablar desde sus sentimientos, desde sus frustraciones y desde sus cartas. Aquí hay una investigación muy meticulosa, pero lo más importante es cómo Luis logra trasladar a Manuela al presente y para eso solo lo puede hacer alguien que siente fervor por ese personaje, que siguiente que ese personaje finalmente es parte de él, de algina forma Luis también es Manuela un personaje con una fuerza fundamental, histórica”.
Luis relata su singular encuentro con Manuela Sáenz: “En Catahuango, en Amaguaña alta, llegué a la hacienda donde estuvo Manuela Sáenz con Bolívar, y la parte posterior de la casa estaba vacía. Me senté arrimado a un árbol y comencé a imaginar con fuerza a Manuela que había caminado por ahí. Después de un par de minutos, comenzó a soplar el viento muy fuerte y yo dije, es pasajero, pero llegó a ser un viento que levantó las hojas de la carpeta, me dio como un escalofrío y me dije: es Manuela la que está aquí”.
En su momento, la crítica dio de Manuela: “A pesar de las múltiples negaciones, su nombre y su verdad histórica no pueden ser olvidadas. Manuela Sáenz es, seguramente, aquella protagonista de la Independencia sobre la que más se ha fabulado y también sobre la que más se ha escrito. Las crónicas primero la ignoraron, luego la calumniaron. Finalmente, ante evidencias innegables, han debido reconocer su calidad humana y de precursora. La frescura del relato, combinada con la penetración psicológica, dan toda su fuerza a este relato que ha recibido la amplia aceptación de los lectores ecuatorianos y latinoamericanos”.
En su 15 edición, Manuela renace en las rotativas de Eskeletra y se presenta en sociedad en Casa Éguëz, como buena señal de una cultura integradora. Una manifestación cultural que rescata y recrea el sentido histórico de un Ecuador que rememora sus mejores gestas colectivas e individuales, con evocación del pasado y una profunda vocación de futuro.