Las propuestas del candidato de la banca, CREO-SUMA- Guillermo Lasso en temas de cultura son dos: Zonas francas para la cultura y El teatro del barrio. No ha entregado mayores detalles de esos dos proyectos, tampoco ha presentado los mecanismos para implementarlo ni los respectivos presupuestos. Solo un video animado en donde presenta las dos ofertas de campaña.
En verdad, el proyecto de Las zonas francas no es nada nuevo. Por el contrario, es un antiguo proyecto del derechista Partido Popular, PP, de España.
El proyecto de las zonas francas para la cultura se implementó en el barrio de Las letras, en Madrid, cuando Ana Botella era la Alcaldesa. Y recordemos que Botella es la esposa del ex presidente José María Aznar, del Partido Popular. Aznar asesora, a través de fundación FAES, al banquero Guillermo Lasso y en más de una ocasión ha sido invitado por Lasso a dar conferencias en Guayaquil. Es necesario también recordar que el PP fue declarado hace poco como el partido más corrupto de Europa, por el gran número de escándalos de corrupción que ahora mismo enfrenta en distintos tribunales de justicia españoles y varios de sus militantes han sido ya sentenciados.
La propuesta de las Zonas francas de cultura se implementó en el 2012. El periódico de derecha El Mundo, decía entonces: “se ha puesto en marcha una iniciativa global municipal en favor de los emprendedores, con el nombre de Madridbiz (‘biz’ viene de la palabra business), que incluye la extensión de la zona franca urbana, con sus correspondientes exenciones fiscales, a todas las empresas culturales que se creen en la capital, con la idea de hacer de ésta una ciudad «tax free».
Ese era el concepto: hacer “business” y hacerlo libres de impuestos. Hacer negocios y entregar subvenciones estatales a emprendimientos culturales. Es decir, la versión mas neoliberal de la denominada economía naranja, las industrias culturales.
La propuesta no funcionó. Y peor aún si en ese mismo año, el 2012, el gobierno del PP, del presidente Mariano Rajoy, elevó el IVA del 8% al 21%. Esta elevación deterioró aún más la situación del sector de la cultura y lo que en realidad consiguió es que se acelere el cierre de una gran cantidad de emprendimientos culturales, sobre todo salas de cine y librerías.
Las salas de cine, de teatro y las librerías perdieron espectadores y lectores. Según datos del Ministerio de Cultura, de 140 millones de espectadores en 2002 pasaron a 87 millones en 2014; de 1.223 salas cines- la mayoría independientes- pasaron a tan solo 710 salas. Muchas de las salas de cine, sobre todo las emblemáticas de Madrid, como el Renoir o Cuatro caminos, se convirtieron en centros comerciales. Para ello, la alcaldesa Ana Botella no se demoró en aprobar, en el pleno municipal, la conversión de uso urbanístico de las salas.
La periodista Esther Redondo, en una nota de la cadena Ser –de derecha- afirmaba: “Era un clásico en Madrid enfilar la calle Fuencarral, entre la glorieta de Bilbao y la de Quevedo, para ver qué echaban en sus múltiples salas y decidir qué película entrabas a ver. Ya vivimos en su día el cierre de los emblemáticos cines Fuencarral y Bilbao. En breve esta calle, que era referencia obligada para los cinéfilos, sólo contará con la sala Proyecciones. «El Roxy B, propiedad de Alta Films, la mayor distribuidora de cine de autor de éste país, también echa el cierre, ante la dramática situación económica de la empresa.”
“Si el cine es cultura, las salas de cine son parte del barrio. Vamos a perder cultura y barrio. Estas salas se van a convertir en centros comerciales. Es una desgracia para la capital», afirmaba entonces el socialista Diego Cruz. Y tenía toda la razón. Solo en La gran Vía, en donde funcionaban 13 salas, ahora solo funcionan 3. Y recordemos que, actualmente, más del 50% de los actores y actrices españoles no tiene empleo.
Con las librerías madrileñas sucedió lo mismo. La venta de libros en España descendió un 18 %, desde 2011 hasta el 2015, al pasar de 870 millones de euros a 707 millones la facturación anual de las 3.650 librerías que tiene censadas la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (Cegal). Esta entidad, en el Mapa de Librerías de España 2014, se puede constatar que 912 librerías cerraron en 2014, aunque abrieron 226 nuevas. Las que más se cerraron fueron las grandes librerías, aquellas que superan los 1,5 millones de euros anuales en ventas, que han pasado de 40 a tan solo 29.
Esto nos deja una cifra impresionante: en el 2014, “dos librerías cerraron cada día”, como tituló el diario ABC.
El concejal del Ayuntamiento de Madrid, Jaime Lissavetzky, tildó de «fracaso» al proyecto: “Esta zona franca nació sin cabeza, ha fracasado y nosotros vamos a pedir a Ana Botella que responda de cada uno de sus anuncios que luego se convierten en fiascos».
A pesar del fracaso de las zonas francas en Madrid, en la ciudad de Santander se replicó, en el 2014, la propuesta, pero solo duró un año. Y ni siquiera se pudo entregar a los emprendedores culturales las ayudas prometidas que eran de hasta 5 mil euros. El 54% de los recursos destinados a este fin, no se entregaron, por lo que los concejales reclamaron su «retirada inmediata» al considerar que el proyecto ha «fracasado».
Esto es lo que dejó el proyecto de Zonas francas para la cultura en España. El mismo proyecto que ahora nos ofrece el candidato Guillermo Lasso.