La autora de una investigación del periódico argentino Página12, Cynthia García, ha bautizado a Guillermo Lasso como el “magnate del offshore”, es decir, el capo de la fuga de capitales del Ecuador. La investigación de la periodista argentina ha establecido que supuestamente “Lasso está asociado a 49 empresas en paraísos fiscales y en sólo un año, entre 1999 y 2000, su fortuna pasó de 1 millón declarados a 31 millones de dólares gracias a la especulación con los bonos emitidos tras el feriado bancario”. El informe de García señala que el candidato de la bancocracia ecuatoriana -un par de años antes de participar en las elecciones de 2012 que perdió ante Rafael Correa por 57 a 23 por ciento- “Lasso se preparó “limpiando” su entramado económico en paraísos fiscales”.
La indagación periodística señala que “en marzo de 2011, el Banco de Guayaquil estaba conformado por la Corporación Multi BG S.A. A su vez, el principal accionista de Multi BG es Andean Investment Ltd., una empresa radicada en las Islas Caimán. El reporte oficial de la superintendencia de Bancos de Panamá, al que tuvo acceso la periodista, afirma que el principal accionista del Banco de Guayaquil a través de la Corporación Multi BG es Andean Investment de Caimán. De esta manera Lasso conformaba tempranamente su fortuna, con capital oculto en paraísos fiscales y testaferrismo empresarial”. Es decir, el BG habría conformado una “composición accionaria, con la participación de los paraísos fiscales Caimán y Panamá”. Dicha conformación demuestra que “otro inversionista en el Banco de Guayaquil es Inversiones Latina Inverlat S.A., de Panamá, otro paraíso fiscal. Inverlat, según se pudo averiguar aún con las dificultades de acceso a la información en los paraísos fiscales, le pertenece en los papeles a dos altos ejecutivos del Banco de Guayaquil: Ángelo Caputti y Julio Macklif”.
Pero la investigación no se detiene ahí. García en su labor de demostrar la vinculación de Lasso en el drama el feriado bancario, llega a puntualizar que, si bien el banquero no firmó documentos probatorios, “Lasso fue un buitre interno contra los mismos ecuatorianos a los que ahora les pide el voto”. El calificativo hace referencia a los beneficios que habría obtenido el candidato presidencial como miembro de la banca privada en ese entonces, cuando se declaró el feriado bancario el 8 de marzo de 1999 por 24 horas, pero que terminó durando cinco días. Mientras tanto, los bancos con autorización de un decreto del presidente Mahuad, congelaban los fondos de los depositantes por un año, impidiendo el retiro de dinero a los clientes en los cajeros. Los bancos emitieron un certificado de depósito (CDR) a los ahorristas y cuentacorrentistas, como comprobante de que tenían depósitos congelados. Los banqueros, en forma especulativa, comenzaron a comprar los CRD al 40 o 50 por ciento menos del valor real, obteniendo un claro beneficio económico aprovechándose de esa “desgracia social”. Lasso fue uno de los beneficiados, según afirma la periodista argentina. Pero el círculo se cierra luego de que “el propio Estado (en la presidencia de Mahuad) el que hizo el “salvataje” bancario y le recompró a la banca estos certificados de depósito al 100 por ciento de su valor, quebrando así la banca pública”. La conclusión a la que llega García, es que “en esos años, Guillermo Lasso era el accionista con el 58 por ciento de Andean Investment, la empresa que fue creciendo gracias a la usura en la compra de los certificados de depósito a los ecuatorianos que fueron víctimas de esas políticas neoliberales.”
Lasso, según la investigación, “maneja o controla alrededor de cuatro mil millones de dólares” (según datos del balance del Banco de Guayaquil), y constituyó un entramado de fuga de divisas que tiene a su nombre o a nombre de sus allegados decenas de empresas offshore en paraísos fiscales como Panamá o Delaware “que se enriqueció y benefició con la crisis del feriado bancario”. Luego, Lasso “liquida la empresa Andean Investment en Caimán y transfiere la operación resultante de esa liquidación en una serie de seis fideicomisos a nombre suyo, de su hermana y de sus hijos”. Para camuflar dicha trasferencia y participación familiar, se usan nombres simulados “por ejemplo Positano LLC, empresa offshore es Guillermo Lasso y tras otros nombres ocurrentes como “Montpellier” o “Berlín” se ocultan identidades de hermanos y herederos”.
La investigadora llega a comprobar que esta metodología data de mucho tiempo atrás y que la fuga de capitales se remonta al año 1978, cuando se constituye en Panamá la empresa Saranac S.A, cuyos titulares son Guillermo Lasso, María Eugenia Lasso de Carrera y Danilo Carrera. Los movimientos de fideicomisos y empresas en paraísos fiscales -como metodología- apuntan a demostrar que las utilidades que salen del Ecuador, vuelven a entrar al país como inversión extrajera “lavando impuestos”. Lasso, consultado en Ecuador sobre esta investigación periodística, ha dicho que sus bienes en el país son públicos y se ha negado a comentar al respecto de las denuncias del periódico argentino.