Yo votaré por Lenin porque desde mi punto de vista es importante que el estado sea lo suficientemente fuerte para imponer reglas de juego en favor de los menos favorecidos, que este no sea, como ha sido tantas veces, un monigote desde el que las oligarquías y sus secuaces delinquen “legalmente” a través de un puñado de leyes elaboradas por ellas mismas en su propio beneficio, al tiempo que se arrodillan sin pudor ante poderes políticos y económicos que no solo son externos sino contrarios a nuestros intereses.
Tras la debacle dejada atrás por el neoliberalismo, se vio la necesidad de que, a través de políticas redistributivas, leyes inclusivas e inversiones económicas estratégicas, se pagara la deuda social con el pueblo y, en esa medida Lenin es la posibilidad de profundizar este proceso, avanzar con nuevos proyectos y, al mismo tiempo, enmendar algunos errores cometidos en el camino.