Érase 1984 la primera vuelta entre el social demócrata Borja y el empresario de ultra derecha Febres Cordero. Ecuavisa y su reportera independiente Gloria Gallardo en ese tiempo de Carbo, incendian el país con la denuncia de fraude. En resumen, la periodista de investigación, acusaba al Tribunal Supremo Electoral de haber fraguado un fraude a través del nuevo sistema computarizado marca Burrows, el cual, a más de tener sobreprecio, estaba siendo manipulado en favor del candidato comunista que pretendía convertir al Ecuador en una nueva Cuba.
El país se escandalizó, las marchas especialmente en la costa proliferaron. Apareció la violencia liderada por jóvenes social cristianos que luego serían sus líderes históricos. Nunca hubo pruebas, a más de unas tomas clandestinas realizadas a través de un resquicio de una puerta que sólo dejaban ver unas sombras indefinibles, las cuales eran acompañadas de las palabras de Gloria que hacían ver al televidente lo que la independiente periodista quería que vean.
Vino la segunda vuelta El Pan Techo y Empleo era declarado ganador por las Burrows fraudulentas, que por obra y gracia de Ecuavisa se habían convertido en maravillas del ingenio del hombre y un gran avance para el país. León Febres Cordero era ungido Presidente de la República. Se había vencido al comunismo representado por Rodrigo Borja gracias al voto de los jóvenes de clase media y media baja de Quito. Dos años después esos mismos jóvenes eran perseguidos por los escuadrones volantes que bajo la dirección de Nebot, buscaba comunistas hasta en la sopa, a quienes como al pavo, había que matar la víspera.
Glorita todos sabemos ha disfrutado desde su retiro de periodista de un cargo vitalicio en el municipio guayaco. Borja fue luego Presidente y ni de lejos fue un comunista en su vida política. Todo fue una gran farsa para con ayuda de la «embajada» y de la prensa libre e independiente, poder llevar al poder al más recalcitrante representante de la derecha.
Montones de tontos útiles marcharon en contra del fraude sin saber que eran parte de la más burda farsa y montaje, sólo superada por la protagonizado por Páez y un grupo de pelucones noveleros que al grito de consignas otrora comunistas como EL PUEBLO UNIDO JAMAS SERA VENCIDO se manifiestan en defensa de la tradición, la familia y la propiedad, en la ciudad de Quito.