Es un secreto a voces. Las redes sociales son una mala suerte de cloaca sin desagüe, estercolero por donde circula la desinformación sobre diversos temas de interés público y privado. En épocas de campaña electoral las redes atrapan a los incautos que caen obnubilados por las noticias sensacionalistas, rumores basados en la maledicencia y la mentira orquestada desde oscuros intereses.
En reciente entrevista para el medio público El Telégrafo, el experto en informática Felipe Gómez, Director Regional Level 3, compañía multinacional estadounidense de telecomunicaciones y proveedora de servicios de Internet radicado en Broomfield, Colorado, corroboró que en Ecuador están en marcha campañas de desinformación por Internet, en la que “se atacan unos contra otros y eso hace que no sean honestas. En la actualidad, las redes sociales se usan para desinformar; esto es muy frecuente en las campañas.”
Gómez analizó contenidos y formas de los mensajes emitidos en redes sociales y, en base a una amplia experiencia en campañas electorales, manifiesta que existen compañías especializadas en dar falsos datos, empresas que ofrecen a los postulantes a cargos públicos campañas de desinformación. Según el experto, en la red opera un mercado negro -o deep web- de direcciones electrónicas clandestinas que proporcionan herramientas para vulnerar o alterar un sistema, a módicos costos de 50 dólares por la generación de mensajes contra cualquier servicio, entidad o persona. En este negocio existe -como los antivirus-, sistemas de antinegación que previenen a las organizaciones con anterioridad de que la amenaza o el ataque suceda. Se trata de un mecanismo de contrainteligencia informática que se sabe antes que los mensajes sean emitidos y entrega la información a disposición de su cliente que se pone, por decirlo de algún modo, el parche antes de la herida.
Para el ciudadano común y corriente que solo usa las redes sociales con fines inocuos, de amistad o para informarse de temas de interés, resulta insólito que esto suceda, pero al mismo tiempo reconoce la vulnerabilidad en que se encuentra a expensas de hackeadores profesionales. Gómez afirma que somos “totalmente” vulnerables; y, aunque las mentiras han existido siempre, “el problema es que en la era digital éstas son más inmediatas, masivas y obviamente generan más daño”. El mayor riesgo lo corren los jóvenes entre 18 y 30 años, que usan mucho más las redes sociales. No es por casualidad que las administradores de redes segmentan a los usuarios por edad, condición social, ubicación georreferenciada y por países, para ofrecerles una gama de opciones de comunicación vinculada a su círculo de interés.
El antídoto contra la manipulación y desinformación de las redes, según Gómez, está en mantener la costumbre de consultar diversas fuentes informativas, compararlas e identificar su rango de veracidad: hay que evitar caer en engaños, y la única forma es cruzando información de múltiples medios, recomienda el experto. Ecuador tiene una singularidad. A pesar de que los medios tecnológicos son los mismos que los usados en otros países, la diferencia es que haya peores o mejores hackers, no obstante, Gómez reconoce que “desafortunadamente, Ecuador tiene la fama de tener muy buenos hackers éticos y no éticos”.
Como usuarios de las redes sociales no está por demás saber que la desinformación opera en base del rumor y éste se difunde en ambientes con bajo nivel de información. El rumor opera en un clima de disconformidad y critica infundada. Es preciso desacreditar la fuente anónima del rumoreador, e incluso aplicarle una buena dosis de sentido del humor para burlarse de ella. Pero por sobre todo es necesario mantenerse bien informado, accediendo diversos medios informativos. Es más fácil influir sobre un ignorante, que sobre una persona informada con criterio propio. Decida en que bando se ubica.