El respeto o atentado contra los derechos humanos de un pueblo refleja claramente el tipo de país en el que se vive y, consecuentemente, el carácter del gobierno que lo rige. Ecuador durante 30 años de vida política, antes y después del retorno a la democracia en 1978, muestra emblemáticos casos de violación de derechos humanos perpetrados por organismos del Estado, fuerzas policiales, militares y civiles. Bajo el discutible precepto de «seguridad nacional», el país fue testigo -en tres décadas pasadas-, de acciones represivas que cegaron la existencia a inocentes ciudadanos ecuatorianos y extranjeros.
Uno de los casos más dramáticos fue la masacre obrera acaecida en los predios del Ingenio Astra, provincia del Guayas, el 18 de octubre de 1977. El hecho sucedió en el régimen del triunvirato militar, durante una protesta laboral de obreros que mantenían ocupadas las instalaciones del ingenio azucarero: Las esposas y los hijos de los huelguistas van al ingenio portando los alimentos para la merienda de sus padres y compañeros; son más de las 18 horas; el encuentro familiar se interrumpe cuando una voz metálica señala: “Disponen de dos minutos para desalojar el lugar”. Luego…la hecatombe, bombas vomitivas lacrimógenas, disparos de fusiles sobre la muchedumbre rodeada y empujada hacia un acueducto, donde caen las primeras víctimas. Y después, el pánico se apoderó de ellos, morirán baleados y ahogados en ese canal mortal. La población de La Troncal, enterada de la masacre, bulle en indignación, y también será ametrallada. Las cifras de los inmolados nunca fueron reveladas. (El Telégrafo).
Ya en democracia, bajo el régimen de León Febres Cordero, el país vive entre 1984 y 1988, una abierta etapa de represión política que cuesta la vida, desaparición y cárcel a propios y extraños, indiscriminadamente. En esos años se producen diversos atentados en cárceles del régimen, dependencias policiales e inmuebles dedicados a la tortura encubierta. Los casos más representativos tienen lugar con la desaparición del escritor Gustavo Garzón y Marco Núñez, hallado muerto en las agua del rio Machángara en Quito (1988). Gustavo Garzón, desaparecido en la urbe quiteña el 10 de noviembre de 1990, luego de permanecer en la cárcel desde fines del 1989 hasta octubre de 1990.
El expediente policial de la profesora Consuelo Benavides Cevallos, detenida, torturada y asesinada el 4 de diciembre de 1985 por agentes de la Infantería Naval ecuatoriana en Quinindé, provincia de Esmeraldas, habla claramente de uno de los casos más representativos de la represión febrescorderista. No obstante, la violación de los derechos humanos durante el régimen de L. Febres Cordero fue sistemática, incluso contra civiles que no necesariamente practicaron una oposición política al régimen como la profesora Benavides.
La mañana del 8 de enero de 1988 el país se estremeció con la noticia de la desaparición de Carlos y Pedro Restrepo Arizmendi, colombianos de 17 y 14 años respectivamente, detenidos por agentes policiales. Los menores fueron asesinados y desaparecidos sus cuerpos, -hasta el día de hoy-, en el primer caso de crimen de Estado, oficialmente reconocido en el Ecuador.
El clima represivo del régimen de Febres Cordero alcanza una política de estado con la sistemática persecución a los integrantes del movimiento Alfaro Vive Carajo. Autoproclamados guerrilleros urbanos, el grupo de jóvenes realiza diversos actos de propaganda política que incluyó secuestros a personaje públicos, asaltos a bancos y acciones de robo a supermercados. Sus acciones significaron la muerte y cárcel de un gran número de sus integrantes, hasta que, militarmente derrotados, deponen las armas en 1991 ante el gobierno de Rodrigo Borja.
Los atentados contra los derechos humanos en el país adquieren carácter masivo, cuando en 1999 el gobierno de Yamil Mahuad, decreta un feriado bancario que permitió a los bancos congelar e incautar fondos a millones de personas, arruinadas, y que se vieron forzadas a salir al exilio a España y otros países del mundo en busca de mejores oportunidades.
Los anales históricos del Ecuador registran un sistemático irrespeto a los Derechos Humanos, en tiempos de dictadura militar y gobiernos civiles que regentaron el pais en las décadas de los años 60, 70 y 80. En el último tercio de la centuria pasada, la situación nacional se mantuvo sin mayores variaciones, pero sin mejoras sustanciales en la defensa de los derechos ciudadanos.
Ecuador ya cambió
En materia de Derechos Humanos, como en diversos aspectos estratégicos de la vida del país, Ecuador cambió, a partir de la vigencia de la Constitución del 2008. Sin estridentes declaraciones, pero sin ambages, hay que decir que al margen de ciertos casos de penalización, eventualmente injusta, de protestas expresadas por sectores aislados oponentes al gobierno de Rafael Correa, Ecuador en la actualidad es un país respetuoso de los derechos ciudadanos en todos los ámbitos de la vida nacional.
Asi lo han reconocidos instancias internacionales como los Ministros de Justicia de los países iberoamericanos que entregan hoy, por primera vez, al presidente de Ecuador la Orden Iberoamericana de la Justicia por los avances que ha tenido la nación sudamericana en materia de justicia y derechos humanos.
El reconocimiento se produce en el marco de la conmemoración de la Declaración Universal de Derechos Humanos que aprobó la Organización de Naciones Unidas en 1948, y que se celebra con el lema Defiende hoy tus derechos.
El Presidente Rafael Correa destacó, en reciente informe sabatino, que en los últimos 10 años el Ecuador ha mejorado notablemente en materia de derechos humanos y de inserción de políticas públicas justas e inclusivas, a partir de la aprobación de la Constitución de 2008. En el año 2007, el régimen de la revolución ciudadana creó la Comisión de la Verdad y aprobó la Ley de Reparación de Víctimas y grave violación a los derechos humanos y delitos de lesa humanidad, que permite judicializar las violaciones a derechos fundamentales ocurridos en Ecuador entre los años 1984 y 2008. En su intervención, Correa aclaró que ciertos roces se producen con el sector militar, cuando la Comisión de la Verdad empieza un juicio de lesa humanidad por los atropellos a los derechos humanos durante el gobierno social cristiano de León Febres Cordero, en donde están involucrados altos miembros de los militares: Nos hemos jugado hasta la vida por los derechos humanos y, paradójicamente, nos acusan de no respetar los derechos humanos porque ciertas instancias se han convertido en comisarías de quinta categoría, y el tema de derechos humanos como el tema de lucha anticorrupción se han convertido en un instrumento de politiquería, dijo el mandatario.
En la semana en que el mundo conmemora el Día de los Derechos Humanos, la nación sudamericana destaca por haber desarrollado políticas de Estado en favor de la comunidad GLBTI, de las personas privadas de libertad y su reinserción en la sociedad y en la lucha para la erradicación de la violencia de género e intrafamiliar. Otro de los avances reconocidos por instancias internacionales, dice relación con la aprobación del Código Orgánico Integral Penal (CIOP), en el que se tipifican los tratos crueles y degradantes, más la transformación del sistema de justicia que ha permitido construir un marco para garantizar los derechos fundamentales en el país.
En los últimos diez años el sistema de derechos humanos ecuatoriano exhibe señales que confirman el respeto a las prerrogativas ciudadanas, como la ratificación del pacto de San José, emisión de leyes incluyentes, una administración de justicia más ágil y oportuna que han convertido al Ecuador en uno de los países más seguros de la región. Hace sentido que la Orden Iberoamericana de la Justicia que recibe hoy el Presidente Rafael Correa, sea por demás, un acto de plena justicia.