“El gobierno se lleva la plata de la gente con la elevación del encaje. Otro feriado construido por Correa puede venir. Defendámonos”, afirmó Fidel Egas en su cuenta de Twitter. ¿Una premoción mal intencionada? ¿Un delito al provocar pánico financiero? Las autoridades económicas, en declaración del Ministro Coordinador de la Política Económica Patricio Rivera, rechazan las declaraciones del Egas señalando que pudieran constituir un delito penal. El Código Orgánico Penal Integral tipifica el delito de pánico financiero en el artículo 322 que define lo siguiente: “Pánico Financiero: La persona que divulgue noticias falsas que causen alarma en la población y provoquen el retiro masivo de los depósitos de cualquier institución del sistema financiero y las de la economía popular y solidaria que realicen intermediación financiera, que pongan en peligro la estabilidad o provoquen el cierre definitivo de la institución, será sancionada con pena privativa de libertad de cinco a siete años”.
Rivera, además, replicó que fueron los propios banqueros quienes provocaron un feriado bancario en 1999, en beneficio propio: “Ellos congelaron los depósitos de la ciudadanía cuando el tipo de cambio estaba en 1 dólar por 7.000 sucres, aproximadamente; luego de eso licuaron los depósitos cuando los devolvieron a una tasa de cambio de 1 dólar por 25.000 sucres”, recordó. El funcionario considero que es “irresponsable que el dueño de un banco se permita hacer ese tipo de declaraciones que constituyen un propósito político electoral. Aquí existe un objetivo claro –dijo-, el gerente general del Banco del Pichincha tiene a su hermano como candidato a Vicepresidente de la República. Los grandes bancos tienen sus candidatos y están haciendo campaña política. Eso es todo lo que pasa aquí (…) Estamos haciendo las advertencias del caso a las personas que cometen este tipo de actos irresponsables porque nos tocará actuar después con todo el rigor de la ley.
¿Por qué elevar el encaje bancario?
El 24 de noviembre, mediante Resolución 302-2016-F, la Junta de Política y Regulación Monetaria y Financiera (JPRMF) decidió subir el encaje bancario al 5% para las entidades financieras cuyos activos sean superiores a $ 1.000 millones. La autoridad económica del país ha justificado este incremento puesto que la economía del país “ha comenzado a recuperarse” lo cual permite tomar decisiones en política pública: En los últimos 11 meses, los bancos recuperaron $ 2.900 millones en depósitos; en los últimos 8 meses, el crédito creció en $ 871 millones; y, en el segundo trimestre de este año, se generó un importante superávit externo por $ 865 millones.
El encaje bancario se establece que un porcentaje de los depósitos -que el sistema financiero capta- debe ser depositado en el Banco Central del Ecuador (BCE). Según datos con corte al 16 de noviembre de 2016, el sistema financiero privado tenía $ 3.039 millones depositados en el BCE; $ 515 millones por concepto de encaje bancario y $ 370 millones por concepto de reserva mínima de liquidez.
Como medida complementaria se bajaron 12 comisiones que cobraba el sistema financiero a sus clientes. Aproximadamente, esto significa que $ 50 millones, que la banca estaba cobrando, se quedarán en el bolsillo de los ecuatorianos. Aquellas comisiones estaban relacionadas con operaciones como la emisión de estados de cuenta, cheques o referencias bancarias.
La política pública establece que en Ecuador, como principio, se tiende a que el dinero generado por los ecuatorianos se destine a otorgar créditos. Las instituciones del sistema deben mantener en el país un determinado porcentaje de sus depósitos. El objetivo es que esos recursos los mantengan prestados y no ociosos. El sistema financiero está captando una cantidad enorme de recursos y no los está prestando, manifiestan las autoridades. Según estadísticas del Banco Mundial, cuando los ecuatorianos necesitan crédito, el 48,4% pide un préstamo a su familia o amigos, el 19,8% lo solicita a su empleador y apenas el 3,1% recurre a una entidad financiera. A través de las decisiones recientes le estamos diciendo al sistema financiero: ‘Ustedes no van a tener el dinero fuera del país sino aquí y queremos que lo presten’, concluye el ministro Rivera.
Es hora que los ecuatorianos reflexionemos sobre el rol de las entidades bancarias, llamadas a prestar servicios financieros en el marco de negocios lícitos, sin dejar de lado el sentido social que implica fomentar hábitos del ahorro y democratizar el crédito. Los bancos están llamados a precautelar los intereses de sus clientes y contribuir al desarrollo económico nacional, en el marco de la libertad de empresa vigente en el país. Cualquier otra práctica política cae fuera del pilche. Pastelero a tus pasteles.