El Ecuador se enrumba en la revolución del conocimiento. Esa promesa es ya una realidad tangible con la aprobación de la Ley de Código Orgánico de la Economía Social del Conocimiento o Código Ingenios. Un cuerpo legal para la regulación y control de empresas nacionales e internacionales, en torno a temas referentes a bioconocimiento y a biopiratería, que establece derechos de autoría de creadores artísticos, científicos y de conocimientos ancestrales. El proceso de construcción colectiva de la nueva ley es un hito en el país, según señala Hernán Núñez, Director Ejecutivo del Instituto de la Propiedad Intelectual IEPI, entidad generadora del marco institucional y teórico del cuerpo legal aprobado por 88 asambleístas, luego de un debate de tres años que contó con 40 mil aportes de 16.330 usuarios que discutieron en plataformas virtuales el contenido y la forma de la nueva ley.
-Hemos hecho una verdadera construcción colectiva con participación ciudadana, –señala Nuñez- hicimos las bases del enfoque teórico de lo que debía tener este código. Un primer borrador en una wiki y, a partir de eso, se hizo una construcción con muchos actores. Esa construcción ha permitido que no sean solo unos pocos asambleístas, o iniciados con la ley anterior, que sepan lo que se está haciendo, sino que hay una construcción de muchos actores que el día de mañana cuando lean la ley no les serán ajenos los artículos. Eso no sucede con la ley de propiedad intelectual actual, muchos no sabemos por qué están redactados los artículos de esa manera y algunos no se acuerdan, desde hace 18 años atrás, porque están esos artículos ahí.
En la práctica, el proceso de aprobación del Código rompió paradigmas en una época caracterizada por la poca costumbre democrática de participación ciudadana, que se limita a un cumplimiento de la normativa en el que los entes del Estado solo informan a los ciudadanos el contenido de lo que se va hacer. El proceso de socialización no fue fácil, porque implicó encontrar interlocutores válidos en una materia compleja, ante la cual el Ecuador nunca la había abordado desde la perspectiva colectiva. La propiedad intelectual en manos de los especialistas se había reducido a un simple trámite administrativo de registro de marcas.
-Lo que hicimos fue poner en el centro del debate la economía, el patrón de acumulación del sistema económico, para pasar de un rentismo a un valor agregado, y en ese medio pusimos a la propiedad intelectual, observa Núñez.
El interés generado por la aprobación de la nueva ley de propiedad intelectual, hizo posible un saludable clima de disputa que años atrás era imposible, puesto que no era una materia en disputa. Y hoy sí está en debate la propiedad intelectual -confirma Núñez-, ya que en el capitalismo cognitivo, el tipo de regulación de la propiedad intelectual influirá en el modelo económico que queremos y en el patrón de acumulación de la riqueza que adoptemos. El tema de la propiedad intelectual que nunca formó parte de la agenda ciudadana, está hoy en el imaginario colectivo y en el interés mediático, con expresiones favorables y otras deplorables.
En sus aspectos medulares, la aprobación del Código Ingenios equivale al inicio de la vida republicana, según Hernán Núñez, puesto que se han sentado bases para pasar de una economía de recursos finitos, es decir, de un dependentismo de los países industrializados, a tener una soberanía cognitiva y tecnológica.
-Hoy tenemos procesos productivos en que la cultura, la educación, la tecnología y la ciencia, son bases del modelo económico. Esto es muy de vanguardia, somos el primer país que asume, desde el punto de vista regulatorio, todos los retos que trae la singularidad de la explosión tecnológica. Nunca antes la humanidad ha estado tan cerca de que los patrones tecnológicos cambien por completo el modo de concebir al ser humano y a la sociedad, concluye Núñez.
Desde esa mirada, el Código Ingenios ha sentado las bases para la construcción de un Ecuador soberano, con desarrollo tecnológico endógeno e industrias creativas que se constituyan en un verdadero aporte a la economía y generen fuentes de empleo. Que el talento humano sea el elemento principal de la economía y que cada uno pueda vivir dignamente de su talento, y evitemos la expresión más perversa del capitalismo que supone tener las mismas condiciones que los obreros de la revolución industrial, pero hacemos trabajos intelectuales, señala el directivo del IEPI.
Los derechos en la ley
Entre los principios contemplados en la ley, se incluyen el derecho a compartir el conocimiento, incentivos económicos para favorecer la innovación, medicamentos más baratos, impulso a los inventos nacionales, internet como servicio básico, apoyo y revalorización del investigador, larga vida a la tecnología, software libre disponible para todos, combatir la piratería, la minería inversa también es rentable y que los pueblos y nacionalidades tengan derechos sobre sus conocimientos.
Uno de los aspectos más innovadores de la ley de propiedad intelectual recientemente aprobada por la Asamblea Nacional el 11 de octubre, es la forma como incorpora los conocimientos tradicionales o saberes ancestrales de las comunidades indígenas del país, reconociendo derechos hasta hoy inéditos. La nueva legislación otorga valor a los saberes tradicionales, históricamente menospreciados, puestos muy por debajo de los conocimientos occidentales, pero que en el Código Ingenios adquieren su real trascendencia en los procesos de generación de cognitiva del país. Además, por primera vez, en términos de protección de derechos, la ley nueva reconoce su valor materialmente tangible. Hasta hoy, los derechos ancestrales y los recursos genéticos del país fueron objeto de piratería y apropiación indebida por parte de terceros. En la actualidad el concepto de soberanía que existe en la ley sobre la propiedad comunitaria de los saberes ancestrales, permite a sus genuinos poseedores decidir qué hacer con el saber ancestral y las prácticas culturales tradicionales.
Veto presidencial
De los 628 artículos que contiene el proyecto de Código Orgánico de la Economía Social de los Conocimientos, Creatividad e Innovación, Ingenios, 19 fueron observados por el Ejecutivo para que la Asamblea Nacional resuelva el veto en el plazo de 30 días. Los artículos observados fueron: Artículo 11, numeral 3, sobre las atribuciones de la entidad encargada de la gestión de propiedad intelectual y de la protección de conocimientos tradicionales, que debe sustanciar los procedimientos y registros de los derechos sobre nuevas obtenciones vegetales y administrar el depósito de las muestras vivas. Artículo 14, el Ejecutivo pide se incorpore a las instituciones de educación superior como entes responsables de la investigación científica en el país. Artículo 30, donde el Ejecutivo objeta que con la finalidad de garantizar la autonomía responsable de las instituciones de educación superior, se acoja la posibilidad de que dichas instituciones puedan establecer sus propios mecanismos. Artículo 116, que establece los derechos patrimoniales del sector público y señala que les pertenece a estos la titularidad de los derechos sobre las obras y consultorías, bienes y servicios, el Ejecutivo estima que debe ser considerado el acceso público, a través del Sistema Nacional de Información de la Ciencia, Tecnología, Innovación y Conocimientos Tradicionales.
La batalla por la soberanía sobre nuestro conocimiento como sociedad, la defensa de los derechos ciudadanos al libre acceso a dichos conocimientos, la incidencia de los saberes en nuestro progreso económico como nación, son entre otros, logros vitales de un proceso exitoso en la batalla por el cambio de matriz cognitiva y productiva del país. De cara al futuro, Ecuador además de sensibilizar a la ciudadanía, propondrá un tratado internacional en el que se regulen de manera adecuada los casos de biopiratería y se los pueda sancionar, debidamente, en instancias transnacionales de solución de diferencias. El primer paso de una tarea urgente está dado: hacer de nuestro país, el digno beneficiario del saber humano.