Así es, en el umbral de las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, el mundo entero y particularmente América Latina, tienen puesta su mirada y atención, en los pormenores y resultados que arrojarán esta contienda.
El próximo martes 8 de noviembre los finalistas Hillary Clinton por el partido Demócrata y Donald Trump por el partido Republicano serán protagonistas de un evento extremadamente particular, toda vez que es la primera vez que participa una mujer como finalista y, por otro lado la actuación del candidato Trump que ha mantenido un discurso en el que la xenofobia, el racismo y sexismo ha levantado el avispero de quienes rechazan o apoyan sus posturas.
Entre tanto los hispanos en Estados Unidos ya se preparan para el sufragio de noviembre. Se prevé que el voto hispano, en esta ocasión, superará las expectativas. Según los sondeos hay un constante aumento en el porcentaje de votantes que participarán en las elecciones. Se anuncia que este año exista 1 millón de nuevos votantes latinos.
Esta reacción se debe a la molestia de los hispanos en EEUU ante las ofensivas declaraciones del candidato republicano Donald Trump, quien ha salido a insultar a los latinos, por lo que constantemente recibe menos apoyo de esta comunidad por sentirse ofendida e indignada.
A Hillary Clinton buena parte de la comunidad hispana le acusa de haberle dado la espalda en los golpes de Estado que tuvieron lugar en Honduras y Paraguay. Barack Obama también está en la silla de acusados pues en su gobierno han sido deportados casi 3 millones de hispanos. En fin, acusaciones van y vienen, y aquí nadie sale bien librado del veredicto hispano.
Por su lado, el director de la organización pro justicia social Comité de Amigos Americanos, Pedro Ríos, considera que lo único que buscan ambos candidatos a la presidencia en EEUU, es ganar votos de la comunidad latinoamericana sin preocuparse por los problemas reales a los que se enfrenta.
Bueno, en este punto mejor sería conocer el criterio de una persona versada en el tema internacional, quien nos despejará ciertas dudas respecto a la relación de la región con los EEUU. Esta vez nos acercamos al doctor Adrián Bonilla, PhD en Relaciones Internacionales, profesor visitante de varias universidades latinoamericanos, ahora catedrático de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO, sede Quito.
¿Por qué las elecciones en Estados Unidos son tan importantes que prácticamente van más allá de sus fronteras?
Para los países latinoamericanos por varias razones. Una de ellas es el hecho de que los Estados Unidos son de muy buena parte de los países de la región, el primer socio comercial. Las políticas de los EEUU afectan a otros países, en temas de seguridad, comercio, migración son políticas que, de una u otra manera, obligan a los países Latinoamericanos a tomar algún tipo de medidas o de respuestas. La presencia de los EEUU históricamente ha sido muy grande en el Hemisferio Occidental y América Latina. Como es el Presidente de la República el que dirige la política internacional, la política de seguridad, el que da las directrices económicas, cualquier cambio en los EEUU es algo que se observa con mucho cuidado en América Latina.
La segunda razón, en el caso particular de Ecuador, como también en los países centroamericanos, los países del Caribe, Colombia y Perú, es porque existe una población muy importante de ciudadanos de origen ecuatoriano o latinoamericano que vive en los EEUU y que conecta a ambas sociedades. Hay muchas personas de distintas provincias ecuatorianas que viven en los en el país del norte y el hecho que exista un nuevo gobierno que pueda afectar, o que pueda potenciar, o que pueda ser un obstáculo para el progreso de esas familias tiene repercusiones en nuestros países por razones de afecto y economía. La existencia de poblaciones de emigrantes y de familias transnacionales hace que sea muy importante para la gente de Ecuador y no sólo para su gobierno, lo que pase en los EEUU.
Una tercera razón tiene que ver con que los EEUU son una potencia global y afecta lo que pueda pasar con su política exterior en otras partes del mundo como por ejemplo en Medio Oriente, Golfo Pérsico, frente a China- que es una economía cada vez más cercana a Latinoamérica- puede también afectar la vida de las personas y la política de los países. Las tres razones hacen que sean importantes, sobre todo para América Latina la elección de presidente en los EEUU.
Hay analistas que señalan que en la actualidad no existe una política de relación con Latinoamérica que existe cierto desinterés respecto a la región.
Lo que ocurre es que los EEUU no ven a América Latina como una región prioritaria en estos momentos, no hay temas de seguridad que amenacen a los EEUU, ni problemas económicos que requieran su intervención, ni nada que haga preocupar a los EEUU. No quiero decir que no hay política, sí la hay, pero América Latina no es su prioridad. No lo fue durante todo el gobierno del presidente Clinton, ni con Bush, ni lo ha sido con Obama.
¿El acercamiento o distanciamiento del presidente o presidenta que sea elegido/a , en su relación con Latinoamérica, dependerá del conocimiento o desconocimiento que tenga de la región?
No, los EEUU conocen perfectamente a América Latina, no solamente porque históricamente hemos estado vinculados con ellos, sino porque hay en todas sus universidades importantes centros de estudios latinoamericanos, hay profesores que estudian la economía latinoamericana. En EEUU hay un conocimiento muy especializado sobre América Latina y el gobierno de los EEUU también la conocen. El problema no es desconocimiento, el problema es desinterés.
¿La filiación política del ganador/a de las elecciones también tendría repercusión en la relación con Latinoamérica?
En esta ocasión sí. El candidato del partido Republicano se ha referido a América Latina, a la cual mira con los ojos que mira a México, casi como una amenaza por el flujo de emigrantes latinoamericanos. Él ve como que estos ciudadanos les quitan trabajo a sus votantes, a pesar de que sus votantes no son ni latinos, ni afro descendientes, ni mujeres ni hombres que tienen trabajos de baja calidad. Las políticas que él pudiese poner en práctica serían profundamente discriminatorias, afectaría, lesionaría, heriría las relaciones entre los EEUU y los latinoamericanos, toleraría una serie de actitudes de racismo, de discriminación y prácticas que en cualquier momento podrían volverse violentas contra los latinos que viven EEUU, los que serían ofendidos en la calle, en una política de intolerancia y un ambiente cultural hostil para el desarrollo de sus vidas.
A propósito, ¿cuáles serían las diferencias sensibles entre Donald Trump y Hillary Clinton respecto a sus relaciones con América Latina?
En el caso de Trump tendríamos una política clara de aislamiento de los EEUU respecto a América Latina. La idea de penalizar la migración, volvería delincuentes a todas las personas que por razones sociales y no criminales emigran a los EEUU. Sería una política de rechazo, una política de arbitrariedades, eso es lo que se nota en sus intervenciones.
Mientras que con Clinton, si bien no vamos a volver a tener importancia política para los EEUU, como cuando ella fue Secretaria de Estado tendremos continuidad y un escenario en el cual los países y las personas de América Latina, saben a qué atenerse.
¿La nueva o el nuevo presidente de los EEUU tendría que replantear o repensar su relación con América Latina?
Sí, lo ideal sería que los EEUU vuelvan a pensar en América Latina como una región con la cual pueda asociarse, en la cual pueda invertir y ayudar al desarrollo de la misma, pero en estos momentos América Latina no es su prioridad, si bien no hemos tenido grandes demostraciones de desapego ni de intervención, sino más bien de tolerancia, si hay una serie de temas que están por resolverse, que están pendientes. Esto ha llevado a que varios gobiernos de la región se desacoplen de los EEUU, a lo cual hay que sumar la presencia de economías extra hemisféricas que han cubierto el vacío que los EEUU han dejado. El caso más gráfico e ilustrativo es el de China y sus inversiones.
Algunos analistas dicen que hay dos modelos de relación entre EEUU y América Latina: uno un aparente abandono y otro una injerencia directa en la soberanía interna de determinados países.
Depende de la época histórica y las necesidades que han tenido. Jamás se han abstenido de intervenir e incluso de usar la fuerza como un recurso de política exterior, todo depende si los EEUU perciban alguna amenaza. En estos momentos no perciben amenazas visibles, tienen preocupaciones particularmente sobre Venezuela pero no se ve en el horizonte ninguna política intervencionista, en términos de uso de la fuerza en la región. No encuentro la necesidad ni esa posibilidad, además sería muy contraproducente para los intereses de los EEUU.
Los hispanos en los Estados Unidos tienen preponderancia demográfica es por ello que su voto es muy importante para los finalistas de esta elección
Sí, su voto es muy importante, pero también es necesario hacerles ver a los amigos y parientes que se encuentran en los EEUU que el voto hispano sería mucho más importante si fuesen a votar en estas elecciones, si se registrasen para las elecciones, si estuvieran presentes en las primarias, si hiciesen lobby.
Lo que explica esta clandestinidad de los latinos respecto a la vida pública es porque una parte importante de la emigración latinoamericana hacia los EEUU no siempre se hizo por vías regulares, entonces ha quedado como una cultura política: la discreción. Queda una memoria genética de los abuelos y de los padres, el ocultamiento para protegerse de una política constante de restricción de la migración, deportación, obstáculos para las reunificaciones familiares
¿Cuál sería la principal demanda que los hispanos tendrían que formular al próximo/a Presidente de los EEUU?
La necesidad de avanzar, consolidar y de volver efectiva la política de legalización de los emigrantes que llegan y la regularización de aquellos que llevan trabajando por varias décadas sin que puedan obtener la residencia y la nacionalidad. Esto genera distorsiones que perjudica la propia economía de los EEUU porque se trata de gente que gana salarios básicos y paga menos impuestos. Es necesario tener una política de menos intimidación, de más apertura para que la integración de los emigrantes sea plena y la consecución de sus derechos sea de igualdad en relación con los otros ciudadanos de la Unión.
¿ Respecto a las políticas represivas de narcotráfico que ha implementado los EEUU considera que se acentuarían o se tendría que tomar en cuenta las políticas alternativas que han presentado varios gobiernos de América Latina?
Las políticas que EEUU ha implementado contra el narcotráfico son políticas que han fracasado en los últimos 35 o 40 años en forma consistente, sin embargo se insiste en la misma estrategia, se insiste en los mismos objetivos, se insiste en los mismos instrumentos. El narcotráfico tiene que ver con el problema de la producción y el consumo de drogas ilegales. No es un tema que tiene que ver con policías, con ejército, ni satélites, con medidas de vigilancia y control. Es un tema que tiene que ver con políticas de carácter social, políticas de salud pública que atiendan a los consumidores, que atiendan los casos de adicción, que atiendan los casos especiales, que se plantee políticas de prevención. Con la atención a las políticas de prevención se hubiese invertido mucho menos y se hubiese alcanzado mejores resultados.
Los resultados de la militarización, de la seguritización del narcotráfico en América Latina han sido desastrosos, han generado una ola importante de violencia en muchos países y como le digo los objetivos estratégicos que son la reducción de la producción y del consumo, no se han logrado en absoluto.
¿Cómo debería ser la relación de EEUU con América Latina respecto a la migración?
Las políticas de migración tienen que atender los dos lados de este fenómeno, tanto en los EEUU cuanto a los países de donde provienen los migrantes. Los migrantes se van al país del norte cuando hay crisis económicas en sus sociedades y además hay una demanda laboral en EEUU, esta demanda está prevista para los migrantes, hay migrantes muy calificados que provienen de América Latina. En los EEUU existe el prejuicio de que el trabajo latinoamericano no es un trabajo calificado y sin embargo tenemos miles de ejemplos de latinos que están muy bien calificados.
Son políticas que tienen que ver con una identidad étnica y cultural que discrimina a los latinos, este tipo de políticas de discriminación jamás fueron aplicadas a las migraciones europeas, sobre todo a las anglo sajonas, de los países que vienen de países escandinavos o de Alemania. Históricamente ha habido un poquito de racismo en la producción de este tipo de políticas. En el caso de los migrantes latinoamericanos hay que entender que son por razones sociales por las que salen de sus países y hacer conciencia que los migrantes latinoamericanos son protagonistas directos de la prosperidad de EEUU.
¿Cómo deberían ser las relaciones del próximo presidente/a de los EEUU con Colombia, Cuba y Venezuela?
En el caso colombiano, las relaciones siempre han sido buenas y continúan siéndolas. Ahora mismo, los colombianos han decidido avanzar hacia las negociaciones de paz con las fuerzas guerrilleras y los EEUU han apoyado ese tipo de negociaciones y esas salidas, toda vez que en Colombia no hay otra salida.
En el caso cubano, el presidente Obama ha dado un vuelco a su política exterior y será recordado históricamente por este acercamiento a Cuba que era una de las razones por las cuales América Latina siempre estuvo alejada. Hoy en día, falta desmontar leyes, este es un problema de la Cámara de Representantes y del Senado. Hay leyes que encadenan al gobierno de los EEUU a mantener una política totalmente ineficiente e inhumana: la del embargo, que para los cubanos ha resultado en bloqueo. Se esperaría que el próximo gobierno continúe los pasos que inició Obama y flexibilice aún más las relaciones económicas y humanitarias con Cuba y que promueva en las Cámaras de Representantes y el Senado la anulación del embargo porque ya no existen razones para que eso se mantenga.
En Venezuela, la retórica del ex Presidente Chávez y ahora de Nicolás Maduro, no pasa de ser una amenaza de palabras porque los EEUU siguen siendo el principal mercado del petróleo venezolano. Venezuela no ha disminuido por razones políticas ni un centímetro cúbico el flujo del petróleo hacia los EEUU. Los discursos anti hegemónicos contra EEUU, que fue exitoso en la primera década de este siglo, ahora va perdiendo peso. Por su parte, los EEUU la mejor ayuda que podrían dar a Venezuela es tratar de no intervenir en sus asuntos internos, pueden expresar su preocupación, su desacuerdo con las políticas del gobierno, pero si los EEUU interviene aunque sea subrepticiamente, no le harán bien a la causa de la democracia de Venezuela ni de América Latina.
El senado estadounidense es un actor preponderante en la política exterior, él es que decide con quién se relaciona los EEUU, ¿no sería tal vez un escollo para llevar adelante unas políticas efectivas de relacionamiento con América Latina?
Sí, en Latinoamérica no se comprende que los EEUU no tienen un gobierno unitario sino que tienen división de poderes y que muchas veces compiten entre sí, no se ponen de acuerdo, y que muchas veces las políticas no pueden salir así lo quiera el Presidente y así lo quiera la mayoría de la Cámara. La oposición, como en cualquier país del mundo, se opone a muchas políticas, incluyendo la política exterior. Esto es un obstáculo que va a permanecer en la Cámara de Representantes si es que las tendencias electorales de los EEUU persisten. Probablemente habrá un gobierno con el ejecutivo demócrata y un senado con una muy ligera mayoría demócrata que va a tener que negociar en la Cámara de Representantes Republicana y una Corte Suprema que finalmente se constituirá con una mayoría levemente progresista.
Hay una corriente que señala que a nuestra región le beneficiaría que gane Trump toda vez que los movimientos sociales se aglutinarían y posicionarían nuevamente
Eso es estúpido, a América Latina no le conviene en absoluto que gane Trump porque en los EEUU los emigrantes serían restringidos en sus derechos, perseguidos, discriminados, insultados, habrá una ola de tolerancia con rasgos de violencia contra ellos. América Latina dejaría de tener importancia, tendríamos un presidente posiblemente arbitrario, incluso en el manejo del uso de la fuerza como un recurso de la política exterior.
Tras conocer el criterio del especialista, no me resta sino decir que al parecer Clinton tiene en su cartera la presidencia, a pesar de no haber dado a conocer su proyecto político toda vez que se dedicó a opinar sobre los exabruptos de su contrincante. Ninguno de los dos han abordado temas como el calentamiento climático, educación, pobreza, migración, drogas, medio ambiente, por lo que nos tienen en ascuas a América Latina y al mundo entero. Esperemos que el 8 de noviembre no tengamos sorpresas desagradables que sobrellevar.