Lleva el nombre del libertador en señal de su vocación americanista, la Universidad Andina Simón Bolívar es una institución creada como un centro en el que confluyen experiencias, valores e iniciativas de los países de la Región Andina, según versa su presentación digital. Una invocación a la excelencia académica señala que, entre sus labores, la casa de estudios “se dedica a la investigación, la enseñanza y la prestación de servicios, especialmente para la transmisión de conocimientos científicos y tecnológicos”. Y como corolario promisorio, la entidad sugiere ser “una institución académica de nuevo tipo, creada con una perspectiva renovada para afrontar los desafíos del siglo XXI”.
En su vida académica la Universidad Andina ha establecido vínculos con organismos internacionales, universidades e instituciones de cooperación en la gestión del conocimiento en especialidades de Comunicación, Derecho, Educación, Estudios Sociales y Globales, Gestión, Historia. Letras Estudios Culturales y Salud. En el aspecto administrativo, la entidad se rige por un reglamento general académico obligatorio, basado en un estatuto aprobado por el Parlamento Andino, ente legislador de la región.
La UASB, en los últimos tiempos, se ha visto envuelta en la vorágine de la contienda política al calor del escogimiento de sus cuerpos directivos que rijan los destinos de su vida institucional. En enero de este año fue posesionado como rector Cesar Montaño, -en reemplazo de Enrique Ayala Mora-, elegido por la comunidad universitaria y ratificado por el Consejo de Educación de la universidad. No obstante en febrero, Montaño fue desconocido por el Consejo Superior, cuestionado por haber obtenido su título de cuarto nivel en la misma universidad, y fue reemplazado, en calidad de rector encargado, por Jaime Breilh. En agosto se cumplió el plazo para realizar la consulta previa universitaria y proceder a la elección del nuevo rector. Según un cronograma, la campaña se prolongará hasta el 21 de octubre y la consulta está programada para el 24 de octubre. Asi mismo, está previsto que el Consejo Superior de la Andina se reúna y posesione al rector electo el 4 de noviembre de este año 2016.
En este contexto, surge un informe de Contraloría que encontró irregularidades en el manejo de dineros públicos en la administración del ex rector Enrique Ayala. Según el organismo contralor, la Universidad Andina Simón Bolívar destinó la cantidad de $ 2’870.579,45 del presupuesto estatal para pagar rubros que no se pueden cubrir con fondos públicos. La acción de control estableció que la UASB, durante el rectorado de E. Ayala Mora -2010 al 2015-, cubrió bonificaciones con dineros del presupuesto por los siguientes montos: bonificaciones por años de servicio ($ 137.039,31), sobresueldo y bonos adicionales ($ 60.877,00), dietas ($ 115.590,00), subsidio por antigüedad ($ 1’296.784,25), entre otros gastos. Adicionalmente, la universidad “desde el 2013 y el 2015, realizó pagos por un monto de $ 469.616,94 a docentes contratados, que después de su jubilación gozaron de los mismos beneficios que el personal de nómina”.
Además, el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) publicó los resultados de la verificación de las obligaciones patronales del centro de educación superior, y en auditoría realizada desde el 5 hasta el 12 de febrero de 2016 determinó que “la UASB reportó variaciones de sueldos y generó una glosa por un monto de $ 2’108.562,35, correspondiente a los períodos 2008 – 2015. Se habría registrado una diferencia en los sueldos (valor reportado al IESS vs valor cancelado en los roles a los empleados) de $ 8’997.422,58 en los trabajadores de planta y contrato; y de $ 70.453,54 en el caso de los trabajadores de la construcción. En fecha 29 de agosto el IESS emitió glosas en contra de la Universidad y procedió a declararla en mora. El Procurador de la universidad, Álvaro Mejía Salazar, señaló errores en el análisis del Seguro Social, por tanto impugnó la auditoria.
En un comunicado digital los directivos de la universidad, señalan: “Las autoridades de la Universidad, luego de un detenido análisis jurídico, han decidido impugnar las glosas levantadas por el IESS, por adolecer de errores de hecho y de derecho que afectan gravemente a sus legítimos derechos y los de sus empleados. Este tipo de impugnaciones poseen efecto suspensivo respecto de las glosas determinadas, por tanto, en un plazo no mayor a 10 días laborables –según es la costumbre ordinaria– el IESS debería levantar la declaratoria de mora y volver a habilitar todos los servicios de los afiliados, que como se señaló, fueron equívocamente suspendidos por tal entidad”.
Al fragor de una batalla política que adquirió matices administrativos y legales, la UASB se debate en una crisis que deberá ser superada, conforme el espíritu de una institución en cuyas aulas radica la gestación de un conocimiento superior que el país reclama para su desarrollo cultural y académico.