Son escenas surrealistas: dos grupos uniformados de policías ecuatorianos se insultan, y agreden, mientras llaman refuerzos para sostener una gresca callejera. El motivo: Un policía de civil participa de un operativo para arrestar a cuatro sospechosos por orden de la Fiscalía. Un agente metropolitano de tránsito detiene la moto en la intersección de las Av. Amazonas y Av. Mariana de Jesús, en Quito, y constata que las placas no correspondían a la motocicleta. El policía de civil intenta llevar a la Unidad de Flagrancias al agente de tránsito por interferir y obstruir, supuestamente, en un operativo. El agente de tránsito se resiste y se arma la gresca. Ante la negativa, la Policía hizo “uso progresivo de la fuerza” y se desató una riña entre agentes metropolitanos y policías nacionales, con gas pimienta incluido. Ambas unidades policiales llaman refuerzos. El público registra en sus celulares las escenas surrealistas de un enfrentamiento inusual y pide, irónicamente, que “llamen a la policía”. Luego de unos minutos de enfrentamiento, López fue ingresado al vehículo policial para su traslado a la Unidad de Flagrancias.
La versión oficial señala: El Ministerio del Interior informó que un agente de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) fue detenido este miércoles 17 de agosto, cuando impidió que un policía de la Subdirección Nacional de Investigaciones de Delitos contra el Derecho a la Propiedad (Sidpro-BAC) realizara la detención de miembros de una organización delictiva dedicada al robo de locales comerciales, en el norte de Quito. Según el general de distrito Mauricio Gutiérrez, comandante del Distrito Metropolitano de Quito (DMQ), la detención se originó cuando el agente de tránsito solicitó al policía vestido de civil los documentos de la moto donde se movilizaba, porque supuestamente habría circulado por el carril de la ciclo vía. El policía de inteligencia le dijo que estaba en un operativo para la detención de una banda delictiva que opera en el sector y que la iban a aprehender. Pero el agente de la AMT William L. solicitó los documentos del automotor. Cuando los vio indicó que estos no coincidían con la placa del mismo, así que llamó a una grúa para que se lleve la moto.
¿Qué hay detrás de este hecho que ocurre, sin que medie un protocolo institucional?
Precisamente la gresca callejera, al más puro estilo pandillero entre policías, refleja la falta de preparación de los agentes de tránsito metropolitano en los procedimientos urbanos del ejercicio de su trabajo. No es la primera vez que un policía metropolitano reacciona con prepotencia desproporcionada ante una situación cotidiana. Su falta de capacitación para tratar a la ciudadanía, se refleja en el mismo trato que dio al policía nacional que cumplía su labor en un operativo. El procedimiento del agente de tránsito metropolitano es una situación que los asesores del Municipio deben reflexionar y corregir urgentemente. Al mismo tiempo, la falta de liderazgo del efectivo de Policía Nacional, que debió simplemente detener al agente por su interferencia en un operativo, habla de las falencias en el estilo de trabajo policial. Está claro, por demás, que existen normas policiales, amparados en la doctrina, protocolo y acuerdos institucionales, que en este caso no fueron aplicados por ambos efectivos que desataron la gresca callejera.
La ciudadanía es víctima diaria de los miembros de la Agencia de Tránsito Metropolitano, que debe ser concebida de una manera más eficiente. No puede ser posible que tres agentes permanezcan en cada esquina, haciendo uso del pito y contradiciendo las señales del semáforo. No puede ser que si un conductor se confunde entre la orden del policía y la señal luminosa de tránsito, sea víctima de un trato descortés y agresivo por parte del agente de tránsito.
Las instituciones públicas reflejan lo que es el Estrado al cual se pertenecen. Si detrás de la gresca hay un clima de confrontación, indisciplina y falta de conocimiento de los procedimientos protocolarios, algo anda mal en Dinamarca. El ministro José Serrano, en carta enviada al Alcalde Mauricio Rodas, propuso la constitución de una comisión mixta que analice los hechos y establezca sanciones para los policías que participaron en la gresca callejera. Más allá de la carta, ambas instituciones deben revisar sus procedimientos de capacitación de su personal. La selección de personal, entrenamiento y graduación de sus efectivos, deben ser gestionados bajo el supuesto de que son miembros de organismos de seguridad ciudadana. ¿Que nos queda a los miembros de esta comarca si los “representantes de la ley” sacan el revolver como el sheriff del incivilizado oeste gringo? ¿Qué sucedería, si el día menos pensado, un ciudadano hace uso de su legítimo derecho a defensa y responde en la misma proporción violenta con que actúa la policía? Mejor ni imaginarlo, no estamos en el viejo e incivilizado Oeste.