Soslayar la luz en las escenas invocando a la integración de los otros sentidos, no deja de ser una paradoja del teatro hecho en la oscuridad. Una propuesta artística que, más allá de entretener a la gente, se propone torturarla un poco. La sugestiva intención del grupo Confundamiento cobra sentido en la obra El Secreto Libre, estrenada este fin de semana en el MIC (Museo Interactivo de Ciencias) bajo la dirección de Julian Coragio. Una historia muchas veces silenciada, protagonizada por Marta y Roberto, dos víctimas de la represión política que tuvo lugar durante la dictadura militar en Argentina en los años setenta. La pareja de jóvenes detenidos sin justicia, recrean el drama vivido en las celdas del sótano de una ex fábrica textil y allí solo logran comunicarse a través de unas tuberías en una atmósfera de dolor y tortura.
El teatro a ciegas puesto en escena en la obra, trabaja con efectos análogos y música en vivo. Los espectadores ingresan con la vista vendada para vivir la experiencia de la ceguera total desde el inicio. La disposición diversa de las localidades motiva la interactividad del público con la trama, en una experiencia integradora de los sentidos. La idea -aclara el director- es que durante la puesta en escena el público sienta que está viviendo la historia en una audaz modalidad histriónica de actores interactuando con los espectadores.
Para el actor Diego Luna la experiencia resulta enriquecedora, puesto que la integración sensorial permite recibir estímulos por diferentes canales táctiles, visuales, gustativos, olfativos, auditivo, etc. Un teatro no convencional que hurga en la vivencia de un público más activo, que es mucho más intensa como experiencia por el hecho de valerse de la oscuridad para estimular la elaboración y la imaginación del espectador, a partir de los elementos que les damos: es como jugar con los actores.
Y la intensidad explota desde la selección del casting -también nada convencional- que somete a los actores postulantes a la vivencia real que será interpretada en el escenario. Francisco Castillo dice que es un reto personal, una pasión, haber soportado torturas y vejámenes antes de ser seleccionado como actor: El casting es muy particular. Es una obra de presos políticos y nos probaron como prisioneros. De una nos sometieron de dos patadas. Nos hicieron llorar. Es un casting nada típico, donde no te preguntan nada. Eres o no eres así como queremos que seas en el escenario.
La actriz protagónica Laura Oviedo, confiesa que es un teatro es diferente a lo que estaba acostumbrada en el Grupo Mala Yerba donde recibió formación profesional: Acá es una cosa que se parece más a una vivencia, a una experiencia -dice- es más realista. Acá es un lenguaje más coloquial, es más como le sale a uno del corazón en ese momento. Me atrapó de una y ya estoy involucrada un año.
No obstante el contenido político de El Secreto Libre, el montaje del teatro en la oscuridad sugiere ser una experiencia, además, a ciegas sensual que busca romper con los tabús que existen en la sexualidad. No en esta obra, aunque hay un momento en que surge una relación en el encierro -dice Oviedo– y sugiere que la gente experimenta una cosa como terapia. Se puede reeducar a la gente porque lo erótico no viene, necesariamente, de lo visual en la oscuridad.
He ahí la función social de la propuesta teatral del grupo Confundamiento: valerse de una historia para convocar a la gente en una línea narrativa que se va contando con imaginación que se construye a través de los otros sentidos: Es una historia que la vives desde adentro, un viaje hacia uno mismo para hacerte sentir.
Temporada de El Secreto Libre en el MIC:
Viernes 24, sábado 25 y domingo 26 de junio. Jueves 30, Viernes 1, sábado 2 y domingo 3 de julio.Jueves 30, Viernes 8, sábado 9 y domingo 10 de julio.Jueves 14, Viernes 15, sábado 16 y domingo 17 de julio.Horarios: Jueves y Viernes 21:00, Sábados y Domingos 19H00.