Neurosis es la palabra para definir el rechazo que ciertos economistas, comentaristas y agiotistas de las empresas bancarias manifiestan a la administración estatal del sistema de dinero electrónico. Neurosis es la palabra que define esa actitud de elevado nivel de angustia.
¿Qué provoca tanta ansiedad a banqueros y opinadores opuestos a la implementación de dinero electrónico como mecanismo de pago?
Según el presidente Rafael Correa, la banca privada quería ser la única dueña del sistema de dinero electrónico y por ello ahora se opone al proyecto. La campaña de oposición «ha sido orquestada sobre todo por la Asociación de Bancos Privados”. No obstante, en el 2011 reconocía la bondad del sistema, «manifestaba claramente que no era creación de dinero paralelo, sino que significaba un instrumento de inclusión social». ¿Por qué ahora dicen lo contrario? “Porque la banca privada pretendió el monopolio del dinero electrónico y como no se lo dimos, ahora orquesta una irresponsable campaña de desinformación», concluye Correa.
El sistema estatal de dinero electrónico cuenta con 17.500 centros de transacción. El mes pasado se activaron 16.515 puntos y en las últimas semanas se incrementaron 1.500. En un balance global, hasta el momento hay más de 72.000 cuentas de dinero electrónico. Este crecimiento del sistema refleja la disposición ciudadana al uso de un mecanismo que permitirá mayor eficiencia al sistema económico del país. Puesto que al ser un medio adicional de pago, aumentará la velocidad de circulación, es decir, el número promedio de veces que una unidad monetaria circula o es gastada en bienes y servicios durante un período de tiempo dado, según visualiza Mauricio León, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Central del Ecuador.
Uno de los argumentos predilectos de los banqueros que se oponen al sistema se refiere a que el dinero electrónico no tiene respaldo en dólares reales, y que, por tanto, solo es una forma de crear un capital paralelo para acabar con la dolarización. Alberto Dahik afirmó que la implementación del dinero electrónico podría representar el fin de la economía dolarizada. Esa afirmación carece totalmente de sentido, ya que según esa lógica, la utilización de tarjetas de débito y crédito, transferencias bancarias o los cheques serían instrumentos contra la dolarización. La respuesta oficial es que el dinero electrónico esta cien por ciento respaldado en dinero efectivo depositado en las cuentas de los usuarios. Así se vislumbra una bondad evidente: el dinero electrónico reduce los costos que implica para el BCE reemplazar los billetes deteriorados. La polémica está centrada en quién debería manejar la apertura de cuentas de dinero electrónico. León señala que, según el artículo 101 del Código Orgánico Monetario y Financiero, la moneda electrónica debe ser puesta en circulación privativamente por el Banco Central y estar respaldada en sus activos líquidos. Por tanto. “el BCE es la institución que debe administrar el dinero electrónico. Los bancos privados y las cooperativas pueden ser parte de la red transaccional del dinero electrónico”.
Desde el momento que en una economía dolarizada el Banco Central no puede aumentar la cantidad de dinero circulante, la introducción del dinero electrónico permitiría un mayor número de transacciones. La desconfianza de la Asociación de Bancos Privados refleja un prejuicio sobre el rol del Estado; eso explica la intransigencia de pedir que el dinero electrónico sea administrado por el sector privado. Correa ha respondido: “Si los banqueros no confían en el Banco Central, qué pena. Yo no confío en los banqueros. ¿O quién nos quebró en el 99?”.
Sin dudas hay un detalle que los banqueros quieren ignorar: en derecho público, se puede hacer solo lo que está escrito en la ley y el BCE tiene que cumplir lo que dice el artículo 101 del Código Monetario y Financiero, es decir, que el dinero electrónico esté respaldado en sus activos líquidos. La ciudadanía con legítimo derecho podría justificar su desconfianza hacia los bancos que tienen fin de lucro. “Por tanto, para ellas, el dinero electrónico es una fuente de ingresos que se pueden lograr, principalmente, a través de las tasas que puedan cobrar por los servicios que presten a la ciudadanía”.
No obstante, en los últimos días el gobierno accedió a que el servicio de apertura de cuentas de dinero electrónico podrá ser ofrecido también por actores del sector privado. Existe un acuerdo para que el BCE garantice que las empresas brinden el servicio de carga y descarga en 17.500 puntos existentes en el país. A juicio de los analistas, esta es una parte importante de la política monetaria que ayuda a la economía y favorece al usuario para realizar transacciones, compras en tiendas u otros establecimientos, pagos de servicios, etc. con su celular, evitando llevar dinero en el bolsillo o exponiéndose a robos. Las autoridades garantizan que el dinero electrónico no podrá ser robado, a pesar de que se pierda o se sustraiga el móvil. Las claves y las contraseñas servirán para ese fin y no será necesario mantener una cuenta bancaria.
Si decide abrir una cuenta de dinero electrónico llame al *153# desde su teléfono celular e ingrese su número de cédula. Confirme sus nombres y apellidos. Responda las preguntas de validación para que el sistema registre sus datos y le envíe su clave de seguridad a través de un mensaje de texto. El costo por transacción es de 0,05 centavos. El sistema valida su identificación, procesa la acreditación y envía un mensaje a su celular, confirmando el abono realizado. La mejor terapia contra la neurosis bancaria es un buena dosis de confianza en el país, pero antes los agiotistas deben entrar en terapia intensiva para sanarse de la excesiva ambición y de la carencia de responsabilidad social.